Un católico dalit -es decir, perteneciente a los grupos tribales más despreciados por el sistema de castas de la India- es el Viceprimer Ministro del recién creado estado indio de Telangana.
Se trata del médico Thatikonda Rajaiah, que ya ha recibido un telegrama de felicitación de los obispos católicos de la zona (el consejo episcopal de Andhra Pradesh), deseándole buen trabajo y asegurándole el apoyo a través de la oración.
El doctor Rajaiah nació en una comunidad católica dalit y fue educado en la Misión Católica de Telangana, dirigida por los sacerdotes misioneros del PIME (instituto misionero de origen italiano muy activo en toda Asia).
El doctor Rajaiah también será ministro de Salud y Educación.
Según la agencia Fides, en su compromiso político Rajaiah ha demostrado gran atención hacia los problemas sociales, los marginados, las minorías religiosas.
Telangana es un nuevo estado dentro de la Unión India desde el 2 de junio, desgajando el territorio interior y de lengua telegu que hasta entonces formaba parte de Andhra Pradesh.
El doctor Rajah tendrá que trabajar duro por la educación y sanidad de sus 35 millones de habitantes (equivalente a la población de España sin Cataluña y Valencia) en un territorio del tamaño de Cuba.
Los obispos han publicado un documento recordando que si bien los católicos son pocos “la Iglesia en Telangana, aunque es una minoría, contribuye al 25% de los servicios sociales en el ámbito de educación, salud y servicios sociales, en particular para los más pobres y los más débiles”.
El memorándum pide que se cancelen las discriminaciones que sufren los dalit cristianos (según la orden presidencial de 1950); que se continúe subsidiando a las instituciones educativas dirigidas por la Iglesia; que se elimine la prohibición de “propagar la propia religión, al tiempo que se garantiza la libertad de religión”, y que se prevenga cualquier posible violencia entre comunidades.
Los obispos también invitan al ejecutivo del nuevo estado a apoyar financieramente los esfuerzos que la Iglesia realiza en el suministro de infraestructuras para los enfermos, los niños de la calle, personas sin hogar, los desempleados, los drogadictos, las personas con discapacidad, así como otorgar más atención a la pastoral en las cárceles y a los derechos de los niños y la emancipación femenina.