En general, el estudio evidencia un crecimiento general continuo en el periodo de tiempo estudiado con un incremento neto de 57.381 vocaciones equivalente a un 91,6%. Sin embargo, el análisis pone en evidencia que ese crecimiento es relativo en cuanto que no es lo mismo en términos de áreas geográficas.
Asia es el continente donde las vocaciones se han multiplicado hasta llegar a las 24.139 unidades; le sigue África, con 22.092 unidades; a continuación viene América, con 13.830 y después Oceanía, con 294 unidades más.
Europa, sin embargo, experimenta un decrecimiento: si bien de 1978 a 1992 hubo un crecimiento discreto hasta llegar a un momento de estabilidad en 1998, en los 34 años estudiados se llega a un saldo negativo de 2.974 seminaristas menos.
Si se traducen esos números en porcentajes tenemos que de 1978 a 2012 África ha crecido en un 392%, Asia en un 213%, América en un 63% y Oceanía en un 38%. Europa estaría en un decrecimiento del 13%. Siendo América un continente especial, se observa un crecimiento porcentual de 131% en América del sur, 132% en las Antillas y 164% en Centroamérica. América del Norte tiene un decrecimiento del 36%, superior por tanto al de Europa.
Los países africanos donde la primavera vocacional es una realidad son Angola (+2117%), Madagascar (+942%), Camerún (+751%) y Nigeria (+572%). En Asia los países con el mayor incremento vocacional son Corea (+189,6%), Indonesia (+291%), India (+228%) y Filipinas (116%).
En América los países con saldo positivo son México, Costa Rica, Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela, con alzas y bajas que están estabilizadas para 2012.
Una lista de los países con el mayor número de vocaciones en 2012 quedaría como sigue:
1. India: 15,329
2. Brasil: 8,779
3. Filipinas: 8,097
4. México: 6,671
5. Nigeria: 6,352
6. Italia: 5,866
7. Estados Unidos: 5,738
8. Polonia: 4,097
Los datos numéricos del estudio revelan que hasta diciembre de 2012 América es el continente con el mayor número de vocaciones en términos absolutos con 35.841 unidades. Le siguen Asia con 35.476 seminaristas; África con 27.728; Europa con 19.928; y finalmente Oceanía con 1.078 seminaristas. En total, hasta diciembre de 2012, la Iglesia contaba con 120.051 seminaristas en todo el mundo.
Para 2012, los únicos países europeos que presentan un resultado positivo son Hungría, Francia e Italia mientras que otras naciones van en declive: Alemania 1.574; Polonia 1.230; Irlanda -922; España -863; Gran Bretaña -334; Austria -215; Portugal -49.
Formenti y Nenna colocan todos esos datos en un contexto que les da sentido y explica mejor: por cada 100.000 católicos hay las siguientes cantidades de seminaristas en cada continente:
26 en Asia,
14 en África,
11 en Oceanía,
7 en Europa
y 6 en América (si se subdivide América tenemos entonces 7 seminaristas por cada 100 mil habitantes para América del Norte, 6 para América central, 5 para las Antillas y 6 para América del sur).
Por países, los que presentan una mejor esperanza de atención espiritual-sacramental en términos proporcionales son (por cada 100.000 católicos):
India: 77,57;
Indonesia: 52,24;
Corea del Sur: 31,5;
Nigeria: 24,91;
Kenya: 12,88;
Italia y Polonia: 11,06;
Filipinas: 10,09;
Uganda: 9,58;
Tanzania: 9,24;
y Colombia: 9,17.
Finalmente, los autores del estudio calculan la porcentual mínima que garantiza el reemplazo de sacerdotes fijándola en torno al 12,5% (en el año 2012 la media mundial fue de 28,98 seminaristas por cada 100 sacerdotes).
Con esa porcentual de reemplazo Europa se coloca debajo de la media con apenas el 10,69% mientras que América del Norte está justo en la línea con 12,61%. África supera el reemplazo con 69% y Asía también con un 61%. Finalmente, América Central y del Sur se colocan en 40% mientras que Oceanía en torno al 23%.
Por países, los que están en un riesgo de falta de reemplazo sacerdotal son:
Canadá (6%),
Austria (6,7%),
Bélgica (4,3%),
República Checa (8.0%),
Francia (7,1%),
Alemania (7,5%),
Eslovenia (8.7%)
y España (8,1%).
Los autores del estudio lo han realizado con una idea en la mente: la potencial de la renovación de la actividad pastoral están en función de una serie de factores, uno de los cuales es el numérico. Todos estos datos, por lo demás, ofrecen un cuadro comprensivo para quienes suelen acentuar el tema del invierno vocacional que, si bien es una realidad posible, aún no es tal en todos los lugares.