Cerca de 330 mujeres y 230 niños desaparecen cada día en el estado indio de Chhattisgarh, que tiene más de 25 millones de personas, para el tráfico de personas. En su mayoría, son mujeres jóvenes y niños carentes de toda educación que viven en condiciones de pobreza extrema y son susceptibles de ser engañados por parte de los traficantes que les prometen un trabajo digno en las ciudades.
Según explica Manos Unidas, las Hermanas Misioneras de María llevan muchos años trabajando en este ámbito a través de campañas de prevención en las aldeas, la denuncia de casos ante la policía y los tribunales y la rehabilitación de las niñas rescatadas. La hermana Annie, directora de un proyecto apoyado por la ONG católica española, relata la historia y el testimonio de dos chicas de 13 años que, deseosas de huir a Delhi para evitar matrimonios forzados, o simplemente para poder ganarse la vida, fueron engañadas por supuestos “protectores” que les prometieron un trabajo digno e independiente. En ambos casos, estas personas desconocidas empujaron a las chicas a las garras de los que se dedican a la explotación de jóvenes.
Una nueva vida
“Me llamo Sneha Kujur. Pasé por un par de familias en las que me maltrataban, obligándome a realizar jornadas de 20 horas al día. En mi desesperación, acabé con una ‘señora’ que me drogó y me dejó en manos de dos hombres que abusaron sexualmente de mí. No pude demostrar nada, pero quedé embarazada y mi ‘protectora’ me llevó a abortar en condiciones deplorables. Sobreviví de milagro. Finalmente, decidí contactar con mi familia, que me informó de la existencia de la hermana Annie y de la organización Jeevan Jharna Vikas Sanstha (JJVS) que me rescataron con la ayuda de la policía”, cuenta una de ellas.
Otra relata: “Soy Parwati Chowan. Afortunadamente, las hermanas de JJVS llegaron a tiempo y pudieron evitar que los ‘protectores’ me llevaran hacia Delhi y me acogieron en su centro. Colaboré en la apertura de la pastelería “Bety Zindabad Bakery” y actualmente soy la encargada y estoy enseñando a todas mis compañeras”.
Con el apoyo de Manos Unidas y JJVS, ambas jóvenes han podido recibir formación de costura y de panadería y sus esfuerzos han sido recompensados y reconocidos. El pasado año, el Ministerio de la Mujer otorgó a la pastelería, de manos del Presidente de la India, el premio al desarrollo de la mujer. Ahora son ellas las que están dando los cursos de formación a otras 12 chicas también rescatadas.
Este es uno de los ejemplos de los proyectos que Manos Unidas apoya en Asia para luchar contra el tráfico humano mediante la prevención, el rescate y la rehabilitación de las mujeres, niños y niñas víctimas de esta forma de esclavitud moderna.