Los ataques contra iglesias y edificios cristianos en Israel son cada vez más frecuentes. Muchos de ellos no causan daños excesivos pero los líderes cristianos es preocupante este constante reguero de altercados y la impunidad con la que parecen gozar los autores.
El último ataque se ha producido esta semana en el monasterio de la iglesia ortodoxa rumana en Jerusalén, a manos de un grupo de judíos ultraortodoxos. Es el cuarto en un mes contra este edificio situado junto al barrio judío de Jerusalén.
"Aunque no causó heridos ni daños graves, es la cuarta vez en poco tiempo que se produce un ataque de este tipo, y el objetivo es siempre la misma iglesia. El problema es que hasta el momento nadie, ni siquiera las autoridades, ha tomado alguna medida para detenerlos”, explicó a AsiaNews el padre Ibrahim Shomali, canciller del Patriarcado Latino de Jerusalén.
En este caso un sacerdote logró controlar el fuego iniciado en la puerta impidiendo que causara mayores daños a esta iglesia ortodoxa rumana de Jerusalén. De este modo, el padre Shomali señala que “tenemos información de que las cámaras de vigilancia han captado varias veces el rostro de los atacantes”. Sin embargo, la policía y los responsables "no han hecho nada para detenerlos. Pedimos a la policía que tome las medidas de seguridad necesarias para proteger a la comunidad cristiana y nuestros lugares de culto”.
La rápida reacción de un sacerdote, que intervino de inmediato para apagar las llamas, evitó daños graves y que resultaran heridas las personas que estaban dentro. Según algunas fuentes locales, las autoridades están investigando a un grupo de judíos ortodoxos que ya fueron responsables de ataques similares en el pasado, aunque hasta ahora no se han hecho acusaciones formales.
El ataque contra el monasterio ortodoxo es el último de una larga serie de agresiones intimidatorias y se pueden atribuir a colonos o extremistas judíos. En el pasado hubo varios casos, como el ataque contra la iglesia que está cerca del Cenáculo, la basílica de Nazaret o edificios católicos y greco-ortodoxos. También han atacado mezquitas y lugares de culto musulmanes. El "precio a pagar" es un lema que usan los extremistas israelíes que amenazan a cristianos y musulmanes por haber "robado su tierra". Antes este fenómeno solo ocurría en las regiones fronterizas con Cisjordania y en Jerusalén, pero hoy se ha extendido a la mayor parte del territorio.
Unión de los cristianos de Tierra Santa
Al condenar "enérgicamente" el nuevo episodio de violencia, las autoridades de las Iglesias católicas de Tierra Santa expresan su solidaridad con las Iglesias ortodoxas y con todas las comunidades cristianas de Jerusalén. Estos gestos, afirman en una nota, "ofenden no solo la vida de los cristianos, sino también la de todos aquellos que creen en el diálogo y el respeto mutuo", y son "contrarios al espíritu de convivencia pacífica entre las diferentes religiones de la ciudad".
Además de pedir una "condena unánime" por parte de las autoridades "civiles y religiosas" de la ciudad santa, los referentes cristianos esperan que se realicen "investigaciones serias" para castigar y llevar ante la justicia a los culpables, reforzando el esfuerzo educativo en las escuelas orientado hacia "la tolerancia y el respeto".
Los cuatro ataques en poco tiempo contra el monasterio ortodoxo se suman al ataque contra la Basílica de Getsemaní de diciembre y a otros hechos que ponen de manifiesto una escalada de violencia de tipo confesional. “Que terminen los ataques - insiste el P. Shomali - queremos vivir en paz. Las cámaras filmaron los rostros, a las autoridades les compete la tarea de intervenir. Este odio va en aumento, nosotros como Iglesia hacemos todo lo posible para convivir en armonía, respetando a los demás, orando para que Dios cambie la cabeza de los fanáticos. Al mismo tiempo, el gobierno también debe tomar conciencia del problema, promoviendo una educación que esté orientada hacia la paz y la convivencia”.
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