El juicio durísimo contra lo obrado por el ejecutivo y por el presidente Benigno Aquino es de Crispín Varquez, obispo de Borongan, en la región de las Visayas orientales.
El prelado subraya que excepto por los dormitorios de emergencia fabricados el día después del desastre, los proyectos de reconstrucción que tanto habló el gobierno son sólo una ilusión, mientras que el sufrimiento de la población se hace cada vez más agudo.
Mientras tanto, Caritas Manila distribuyó 70 millones de pesos (casi 1,6 millones de dólares) para dar medios de subsistencia y elementos de primera necesidad a los evacuados.
Varquez explica que visita con regularidad las áreas golpeadas por el super-tifón, pero "por ahora no he visto más que dormitorios", que son "las únicas cosas" hechas por el gobierno en las Samar orientales.
El prelado agrega que las víctimas están todavía esperando los programas y las iniciativas prometidas por el gobierno, los proyectos están parados y a poco o nada sirvió el nombramiento del ex senador Panfilo Lacson como asistente del Presidente para la rehabilitación y la recuperación.
"No hay casas y faltan las bases para poder vivir", cuenta el obispo de Borongan, que acusa a Manila de mantener a las familias sin informar sobre la situación real de los proyectos y de los tiempos de ejecución.
"No sé ni siquiera cuándo comenzarán-agrega- o si todavía están en un estadio de proyecto. No tengo idea".
El obispo Crispín Varquez revisa la destrucción en un convento de Samar Oriental
Mientras tanto una red de activistas, la Tindog People´s Network, constituida por personas sobrevivientes al tifón, podría pronto empezar acciones legales contra la administración Aquino, por los fracasos y la incapacidad mostrada en la gestión de las operaciones de socorro y rehabilitación para las poblaciones golpeadas por el tifón.
Mientras tanto la Iglesia filipina continúa la obra de asistencia, como hace notar el p. Anton Pascual, director ejecutivo de Caritas Manila: "Hemos ya terminado las primeras operaciones para enfrentar la emergencia-cuenta el sacerdote a Radio Veritas- y hemos puesto a disposición 100 millones de pesos (algo más de 2,4 millones de dólares) para las poblaciones de al menos 10 provincias.
Han iniciado hace poco los programas de recuperación de medio y largo período, para los cuales los vértices del ente caritativo católico y de la Iglesia local han previsto un desembolso inicial de 70 millones de pesos. El dinero será usado para la construcción de embarcaciones, la restructuración de las escuelas y de las iglesias, en particular en Lloilo y Layte.
Abatiéndose sobre las islas Visayas (Filipinas centrales) el pasado 8 de noviembre, Haiyan/Yolanda afectó al menos y en diversas formas a unos 11 millones de personas y para un retorno a la plena normalidad serán necesarios al menos 8 billones de dólares.
Hasta hoy hay todavía 1.700 desaparecidos; el número de las víctimas sería superior a los 5 mil, si bien el Presidente Aquino ha querido redimensionar las cifras, subrayando que las primeras estimaciones (superiores a los 10 mil) eran fruto de la reacción emotiva por la tragedia y el número de los muertos no supera los 2.500.
La extensión del territorio, su fragmentación y las dificultades para acceder a ciertos lugares han representado un serio obstáculo para las intervenciones. Son casi 11 millones los habitantes que han sufrido daños o pérdidas de vario título, esparcidos entre 574 entre municipios y ciudades diversas.