Al recibir en la mañana del sábado 8 de febrero a los miembros de la comunidad de Sri Lanka en Italia, el Papa Francisco aceptó verbalmente la invitación para visitar su país e hizo votos para que la convulsionada nación asiática alcance la reconciliación.

Acepto esta invitación y creo que el Señor nos dará la gracia”, afirmó el Papa al saludar a los cingaleses que llegaron en peregrinación a Roma por el 75° aniversario de la consagración de la Iglesia en Sri Lanka a la Virgen María.

“Hace setenta y cinco años, las nubes oscuras de aquel que habría sido el segundo conflicto mundial se adensaban en los cielos y, los fieles, guiados por un segura intuición de fe, se confiaron a la Virgen, que siempre defiende a sus hijos de los peligros”, recordó el Pontífice.

“Queridos hermanos y hermanas, la Virgen está siempre cerca de nosotros, mira a cada uno de nosotros con amor materno y nos acompaña siempre en nuestro camino. No duden en recurrir a Ella para toda necesidad, sobre todo cuando el peso de la vida se hace sentir con todos sus problemas”, agregó.

El Papa Francisco explicó que Sri Lanka “es llamada la Perla de Océano Indico, por su belleza natural y su conformación. Se dice que la perla está formada por las lágrimas de la ostra. Lamentablemente, muchas lágrimas han sido derramadas en los últimos años, con motivo del conflicto interno que ha provocado tantas víctimas y causado tantos daños”.

No es fácil, lo sé, curar las heridas y colaborar con el enemigo de ayer para construir juntos el mañana, pero es el único camino que nos da esperanza de futuro, esperanza de desarrollo y esperanza de paz. Por esto, les aseguro que tienen un lugar particular en mi oración”, indicó.

Finalmente, pidió “al Señor que les dé el don de la paz y de la reconciliación, y que los ayude en el intento de asegurar un futuro mejor para todos los habitantes de Sri Lanka. Los confío a la materna intercesión de María, Nuestra Señora de Lanka. Les pido que recen por mí y de corazón los bendigo”.


En el 1940, durante la guerra, el Arzobispo de Colombo, Mons. Jean Jean-Marie Masson,de los Oblatos de María Inmaculada, hizo el voto de hacer construir un santuario en honor a la Virgen, si la isla hubiera sido preservada de la invasión extranjera. Así sucedió y, después del final de la guerra, fue edificado el hermoso Santuario de Nuestra Señora de Lanka, en Tewatte, consagrado hace cuarenta años.

De concretarse la visita, Sri Lanka recibiría a un Pontífice por segunda vez en su historia, casi 20 años después del viaje que hizo a este país el Beato Juan Pablo II.


El país ha vivido 30 años de guerra civil (tamiles hindúes contra cingaleses budistas), que acabó en 2009, dejando más de 60.000 muertos: quedan en el país muchas tensiones sobre los crímenes y abusos cometidos durante esos años.

Sri Lanka tiene 20 millones de habitantes, de los que el 70% son budistas, el 12% hinduistas, un 10% musulmanes y el 8% cristianos (la mayoría católicos, organizados en 20 diócesis).

Pese a ser un país con relativamente pocos católicos, cuenta con un cardenal, el arzobispo de Colombo, Ranjith Patabendige, que de 2005 a 2009 fue en la Santa Sede el "número 2" de la Congregación para el Culto Divino.