En días pasados el Patriarca de los católicos caldeos, Luis Rafael Sako, se dirigió a las autoridades iraquíes pidiendo el reconocimiento oficial de la festividad... y lo consiguió.

El Patriarca Sako recuerda que "Jesús no vino sólo por los cristianos, sino para todos". Y subraya el "respeto especial" de los musulmanes por quien consideran el profeta Jesús.

El gobierno iraquí aceptó la propuesta hecha por el Patriarcado caldeo y ha establecido el 25 de diciembre como jornada festiva nacional, de vacaciones para todos los ciudadanos del país.

Es un nuevo e importante reconocimiento en relación con la minoría religiosa por parte del ejecutivo de Bagdad.

Ya en los días pasados, el gobierno puso un árbol de Navidad de cinco metros en las orillas del río Tigris, demostración de "solidaridad" y tentativo de "frenar el éxodo" de las comunidades cristianas, algo que sucede desde hace 10 años.

Este árbol lo colocaron en el barrio de Karrada, en el lado oriental del río, donde conviven en modo pacífico cristianos y musulmanes shiítas y sunitas.

La declaración de día festivo llega apenas una semana después de que el patriarca Sako escribiese al primer Ministro Nouri al-Malki, pidiéndole que declarase el 25 de diciembre "día de asueto para todos los iraquíes". 

El consejo de ministros reunido en Bagdad el último domingo de adviento y presidido por el primer ministro tomó "esta importante decisión".

Además, las autoridades de la capital han colocado luminarias y otros arbolitos decorados en diversos barrios para "mostrar el respeto y la cercanía" hacia la comunidad cristiana en estos días de fiesta.

Después de la invasión de EEUU del 2003, los extremistas islámicos han tomado de mira a la minoría religiosa, matando centenares de personas entre ellas un obispo, sacerdotes, hombres de negocio, médicos y políticos.

Tal situación obligó a miles de cristianos a huir de Irak, y redujo la comunidad cristiana: en 10 años pasaron de 2 millones a menos de 300.000.