Doce años después, el censo de 2013 muestra el bajón del sentimiento de pertenencia anglicano, que cuenta ya sólo con un 10,6% de adherentes (460.000), mientras que el catolicismo le supera por primera vez en la historia del país, con un 11% (492.000).
Es la primera vez en la historia neozelandesa que el catolicismo es la religión con más adherentes.
Hay que tener en cuenta que el país ha pasado en estos años de 3,7 millones de habitantes a 4,2 millones. No todos los inmigrantes que han llegado al país eran cristianos: al menos 123.000 de los nuevos ciudadanos de estas islas desde el año 2000 (casi un 3% de la población) son hindúes, budistas, musulmanes y sikhs (por orden de importancia numérica en el censo).
Lo que de verdad ha crecido es el número de los que se declaran "no religiosos": del 29,4% en 2001 al 37,6% en el censo actual
Aunque el catolicismo ha bajado en porcentaje, en números absolutos ha crecido ligeramente. Es la única denominación cristiana que puede decir eso: todas las demás han bajado.
Los presbiterianos pasan del 12% al 7,6% (de 431.000 a 330.000) y los metodistas del 3,4% al 2,4% (de 120.000 a 103.000). Incluso los pentecostales, que en otros países suelen recoger parte de la feligresía que abandona las iglesias protestantes "mainstream", han bajado: del 1,9% al 1,7%.
El bajón del anglicanismo en Nueva Zelanda es más significativo al ser una de las primeras ramas anglicanas en "experimentar" con una deriva progresista.
Empezaron a ordenar mujeres como sacerdotisas anglicanas ya en 1977, y fueron la primera iglesia anglicana de todo el mundo en ordenar una obispesa, ya en 1990 (momento que recoge la foto bajo estas líneas). Después de 23 años de obispesas y 36 de sacerdotisas, queda demostrado que no sirve para frenar la pérdida de fieles.
El catolicismo del país, aunque no sea una gran potencia evangelizadora, ha conseguido mantener sus cifras (aunque sea acomodando bien a los inmigrantes) y llega así a ser la primera iglesia del país.