No queremos una teocracia, nunca hemos dicho que queremos un estado cristiano. Sin embargo, nos preocupa el que un estado secularista quiere reducir la fe a una cosa puramente individualista”: es la aclaración del arzobispo católico de Suva, Peter Loy Chong, que ha intervenido en el debate en curso en el país sobre la Carta Constitucional, aprobada por las Islas Fiji en septiembre de 2013, y sobre la cuestión de la libertad religiosa.

En una nota enviada a la Agencia Fides, el arzobispo explica que la visión de la Iglesia es de “un estado secular que es respetuoso de las creencias religiosas de la sociedad”: la Iglesia espera que este concepto derive con claridad de la interpretación de la Constitución, que garantiza la convivencia social y cívica.


En el Estado de Fiji hay una gran diversidad religiosa: casi 6 de cada 10 habitantes son cristianos; el 36% de los isleños son metodistas, el 9% son católicos, un 4% son pentecostales de Asambleas de Dios, un 3% son adventistas y pese a su pasado como colonia inglesa sólo un 1% es anglicano. Los hindúes son un 33% y los musulmanes un 7%.

Encontrar en Fiji ateos, agnósticos y personas sin religión es muy difícil: la suma de todas estas opciones no llega ni al 1% de la población. Se trata de una sociedad plural, pero muy religiosa.


El debate en curso entre los intelectuales, líderes religiosos y políticos, en particular, se refiere al artículo 22 de la Carta. La sección establece claramente que toda persona “tiene derecho a la libertad de religión, de conciencia y de creencias”. También establece que todo ciudadano tiene derecho, individual o colectivamente, en público o en privado, a manifestar y practicar su propia religión o las creencias mediante el culto, la práctica y la enseñanza de la fe.

El texto afirma que “la libertad religiosa es un principio fundamental del Estado” y que “la fe religiosa es personal”. Sobre este punto el debate abierto en las Fiji toca la separación entre estado y religión.

Los observadores subrayan que las personas que ocupan cargos públicos deben tratar a todas las religiones por igual, que el Estado no debe dictar leyes en materia de religión, y que los líderes civiles y políticos no deben tener preferencias o discriminación a favor o en contra de una religión particular.

El arzobispo Chong también ha explicado que de acuerdo con los cánones de la doctrina social cristiana, “los sacerdotes y los obispos no están autorizados a tomar parte activa en la política”, pero la Iglesia tiene un papel profético que desempeñar, indicando los principios y directrices “para ayudar a sus miembros y a todas las personas de buena voluntad a tomar decisiones por el bien común”.


El arzobispo Peter Loy Chong nació en 1961 en Natovi (Islas Fiji); fue ordenado sacerdote en 1992 y incardinado en la Archidiócesis de Suva. Estudió teología en la Escuela Jesuitad e Teología de la Universidad de Santa Clara (California, EEUU).

Pastorea una archidiócesis peculiar, compuesta por las 322 islas que conforman el país oceánico, con casi 1,3 millones de habitantes, de los que unos 100.000 son católicos. Cuenta con 35 parroquias, 81 sacerdotes (32 diocesanos y 49 religiosos), 27 hermanos religiosos no sacerdotes, 135 religiosas y 14 seminaristas mayores.