Esta semana ha tenido lugar el Día Internacional del Niño y, con las terribles consecuencias del tifón Haiyan de Filipinas todavía muy presentes, en Manos Unidas han hecho un llamamiento "para que nadie olvide a los niños víctimas de los desastres naturales".
Desastres de las características del supertifón Haiyan o del terremoto de Haití del año 2010, además de causar devastación y muerte, "suponen para los niños un trauma psicológico difícilmente superable sin ayuda", informan en su Web. "Los niños pierden en cuestión de minutos la rutina a la que están acostumbrados, su entorno conocido y, en muchas ocasiones, hasta sus lazos familiares más cercanos", lamentan.
También, los pequeños de familias vulnerables que viven en lugares de difícil acceso, "presentan mayores problemas a la hora de hacerles llegar la ayuda de emergencia y resultan más fácilmente afectados por las enfermedades derivadas de la falta de higiene o de acceso a fuentes de agua saneada", reconocen.
Además, las circunstancias de "caos" y "falta de protección" llevan a que los niños "corran el riesgo de caer en manos de mafias que los exploten y abusen de ellos", advierten.
En Manos Unidas destacan, "somos muy conscientes de las necesidades de los más pequeños y, por ello, en las fases de reconstrucción posdesastre, hacemos hincapié en devolver a los niños a su rutina y sobre todo, en facilitarles la vuelta a la escuela lo antes posible".
En este sentido, concluyen, "la reconstrucción de las escuelas es fundamental para que los niños retomen esa normalidad, que les fue arrebatada de golpe y para que puedan seguir forjándose un futuro más seguro y mejor".