El patriarca melquita, pastor de los católicos de rito bizantino y lengua árabe, Gregorios III Laham, afirmó el miércoles 16 de octubre en la televisión BBC que un tercio de la comunidad cristiana de Siria ha huido de sus hogares a consecuencia de la guerra civil.
Según el patriarca grecocatólico, son unos 450.000 los cristianos desplazados o emigrados en los últimos dos años. Son un porcentaje importante, por lo tanto, entre los 6 millones de sirios obligados a abandonar sus hogares.
Gregorios III Laham ha sido acusado en varias ocasiones de respaldar al Gobierno de Bashar al Assad, lo que ha negado durante la entrevista concedida a la cadena. "Tenemos que unirnos: no más armas, no más violencia, sí a una nueva y mejor visión de la vida", ha remachado, antes de mostrar su deseo de que la iniciativa internacional para que Siria destruya su arsenal químico lleve a la paz.
Hay otros cristianos que no quieren abandonar su país y ante su vulnerabilidad buscan un protector poderoso: Rusia.
Según informa la agencia RIA Novosti, al menos 50.000 cristianos sirios de la provincia de Damasco han expresado su deseo de solicitar la ciudadanía de Rusia, sin renunciar a la nacionalidad siria y sin abandonar el país, para obtener protección ante el riesgo de ser exterminados, según un comunicado del Ministeriod e Exteriores ruso.
“Ya que la legislación siria permite la doble ciudadanía, optamos por solicitar la ciudadanía rusa, si es posible”, dice una carta remitida a la cancillería rusa por cristianos sirios de la localidad de Kalamun, en la provincia de Damasco. Según la cancillería, la carta indica que cerca de 50.000 personas entre médicos, ingenieros, abogados y empresarios están dispuestos a solicitar la ciudadanía rusa.
“Su otorgamiento será un honor para cada cristiano sirio. Quedaremos bajo la defensa de Rusia, ante la amenaza de exterminio por parte de los terroristas”, indica la carta. En su misiva, los cristianos expresan su confianza en las tropas gubernamentales y el gobierno de Bashar Asad, pero también constatan, “el temor que causan los planes de algunos países occidentales contra Siria y el odio étnico y confesional de los fanáticos en su lucha violenta contra nuestro país”.
Los cristianos sirios aseguran que no quieren abandonar su país porque tienen todo lo necesario, y que no están pidiendo ningún tipo de ayuda monetaria.