Mañana domingo 13 de octubre, el papa Francisco consagrará el mundo a Corazón Inmaculado de María ante la imagen de la Virgen de Fátima que viene expresamente para la histórica ocasión. Hoy, en cambio, a las 17 horas, hora local, el Santo Padre presidirá la ceremonia de recepción de la imágen y pronunciará una homilía en la plaza de San Pedro. Después la imagen irá al santuario romano del Divino Amor y desde allí a las 19 horas, en directo y en conexión con otros diez santuarios del mundo, se rezará el santo rosario e iniciará la vigilia ´Con María oltre la notte´ (Con María más allá de la noche), siempre como un evento en el marco del Año de la Fe y organizado por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.
La agencia de noticias ZENIT ha entrevistado al rector del Santuario de Nuestra Señora de Fátima, el padre Carlos Cabecinhas, quien explica la importancia de consagrar el mundo al Corazón Inmaculado de María, de la consagración del pontificado de Francisco y de la fuerza de la oración, una constante del mensaje mariano.
- La invitación del Papa fue una gran honra para el Santuario de Fátima y esperamos que también para todos los devotos de Nuestra Señora del Rosario de Fátima. Por pedido del Santo Padre Benedicto XVI primero, y reiterado después por el papa Francisco, llevaremos la imagen oficial de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, aquella que se venera en la ´Capelinha de las Aparições´ (capillita de las apariciones).
Será la primera vez que esta imagen no estará en Fátima en una gran peregrinación y aniversario, porque siempre la celebramos de mayo a octubre los días 12 y 13. Los peregrinos han comprendido la importancia de la invitación del Papa, incluso porque será importante para la divulgación del mensaje de Fátima, y por eso los devotos han recibido la información del desplazamiento con alegría.
Estos dos días en que la imagen de la Virgen estará en Roma, en la ´Capelinha das Aparições´, quedará la primera Imagen Peregrina de Fátima, aquella que recorrió el mundo en peregrinación en la década de los años 40.
- El pedido se debió al deseo del Papa de tener en Roma a la imagen de la Virgen de Fátima para la Jornada Mariana de este Año de la Fe, una imagen de Nuestra Señora que fuera expresión de la devoción mariana del universo católico. Al señor obispo de Leiria-Fátima, don António Marto, le han informado que al final de la Eucaristía del día 13 sería realizado el acto de consagración del mundo por el papa Francisco.
- Sí, es verdad. Después de la elección, el papa Francisco le pidió a don José Policarpo, entonces Cardenal Patriarca de Lisboa, que consagrara su ministerio petrino a Nuestra Señora de Fátima. “El papa Francisco me pidió dos veces que consagrara su nuevo ministerio a Nuestra Señora de Fátima. Es un mandato que puedo cumplir en el silencio de la oración. Pero sería bello que toda la Conferencia Episcopal se asociara a la realización de este pedido. María nos guiará en todos nuestros trabajos y también en la forma de dar cumplimiento a este deseo de Papa Francisco”, dijo en ese momento el Cardenal José Policarpo.
El momento de la consagración para el cual fue invitado “todo el pueblo de Dios” se realizó al final de la Eucaristía internacional de la 96.ª peregrinación, en el aniversario de la primera aparición de María en Fátima, el 13 de mayo último, en el Santuario de Fátima.
- Consagrar a Nuestra Señora el ministerio del Papa significa entregar a María con confianza al papa Francisco, para que ella lo ayude, proteja y lo guíe; para que Ella sea su ejemplo de entrega a Dios, de escucha atenta a su Palabra, de disponibilidad a su voluntad, de docilidad al Espíritu Santo, de oración.
El papa Francisco, consciente de la dificultad y de las exigencias de la misión que le fue confiada, siente la necesidad de la ayuda materna de Nuestra Señora. Como Papa, él continúa en la Iglesia el ministerio de Pedro, como aquel que preside en la caridad a la comunión de las Iglesias. Si Dios es el verdadero principio y fundamento de la unidad de la Iglesia, el sucesor de Pedro tiene la misión de hacer visible, por su ministerio, al propio Dios, principio y fundamento de la unidad de la fe y de la comunión eclesial. Y su misión es un verdadero “ministerio”, es decir, un servicio en el seguimiento de Jesus, que no vino para ser servido, sino para servir. El Papa es el “Siervo de los siervos de Dios”. Está en la Iglesia al servicio de la unidad, de la verdad, de la caridad. Esta es una misión imposible de realizar sólo por las propias fuerzas, razón por la cual Papa Francisco pidió consagrar a Nuestra Señora su ministerio.
- La Virgen de Fátima le pidió a los tres pastores la consagración de Rusia y del mundo al Corazón Inmaculado de María. ¿Cuál era el contexto histórico?
- Nuestra Señora había pedido la consagración de Rusia y del mundo a su Inmaculado Corazón, como camino para obtener la paz en un mundo dilacerado por guerras y que veía emerger regímenes que profesaban un ateísmo militante que pretendían expulsar a Dios de los horizontes de la humanidad.
- El papa Pío XII realizó varias veces la consagración del mundo a Nuestra Señora, pero fue el papa Juan Pablo II en 1984, delante de la imagen de Nuestra Señora de Fátima, en Roma, quien consagró el mundo y Rusia al Inmaculado Corazón de María, en unión con los obispos del mundo entero. Más tarde, la vidente Lucía confirmó que ese acto de consagración fue realizado en consonancia con el pedido de Nuestra Señora. El año 2000, en el Jubileo de los Obispos, Juan Pablo II consagró el nuevo milenio a Nuestra Señora, de nuevo delante de esta misma imagen en Roma.
- El Santo Padre tuvo una idea iluminada por Dios al pensar en este momento universal de oración y ayuno, por la fuerza de la oración en sí y por lo que significó la llamada de atención a nivel mundial ante esta tragedia humana. A lo largo de todo aquel día sábado pude comprobar de que manera el llamamiento del Santo Padre fue acogido por los cristianos peregrinos en este santuario. Todas las misas y rosarios inscritos en el programa oficial tuvieron como intención la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero. El momento culminante aquí en Fátima fue la vigilia de oración, que congregó a muchos peregrinos de tantos países. La vigilia, en la Capilla de las Apariciones, fue presidida por el obispo de Leiria-Fátima.
Fue un momento intenso de oración, que nos hizo sentir unidos al Santo Padre que en Roma presidía también a una vigilia de oración; estuvimos unidos con todos los pueblos alcanzados por el flagelo de la guerra y unidos con todos los cristianos que en el mundo entero acogieron el llamamiento de Papa Francisco.
La oración es una ´arma´ poderosa, con una eficacia única, porque garantizada por Dios, es la ´arma´ de los pobres y de los pacíficos que saben que la violencia nunca genera paz ni armonía. Es camino de unidad y de paz. Y ésta es una de las dimensiones irrenunciables del mensaje de Fátima, en el que el llamamiento a la oración es constante y nos ayuda a tomar conciencia de la fuerza y de la importancia de orar.