El padre Rafik Greiche, responsable de prensa de la Conferencia Episcopal católica de Egipto, ha subrayado que el hecho de que el ejército haya depuesto al Presidente islamista Muhammad Mursi no significa un golpe de Estado.
En declaraciones a Ayuda a la Iglesia Necesitada, ha afirmado que «el ejército ha llevado a la práctica el deseo del pueblo, que lo ha expresado durante los últimos días con millones de firmas y amplias manifestaciones en El Cairo y en todo el país».
«Algunos medios occidentales lo presentan como un golpe de Estado; pero se produce cuando unos oficiales se hacen con el poder y actúan sin el respaldo del pueblo. Sin embargo, esto no es lo que sucedió ayer en Egipto. Además, el ejército quiso evitar el derramamiento de sangre con que amenazaron los Hermanos Musulmanes. Por eso ha intervenido», ha reiterado.
El comandante en jefe de las fuerzas armadas, el general Al-Sisi, declaró el miércoles por la tarde, en un discurso televisado, que el Jefe del Estado, Muhammad Mursi, ha sido depuesto con efectos inmediatos y que se va a formar un gobierno provisional hasta que se puedan celebrar elecciones al Parlamento y a la Presidencia.
Además se ha suspendido la constitución aprobada el pasado diciembre. Egipcios cristianos y seculares criticaron una y otra vez las tendencias islamistas del texto constitucional, aprobado en referéndum el pasado diciembre.
«La destitución de Mursi y el nuevo comienzo político suponen una alegría para nosotros, los cristianos en Egipto, y para todos los egipcios. Esperamos no ser excluidos en el proceso político que ahora empieza». Ha insistido en que es demasiado pronto para especular sobre el futuro de los islamistas Hermanos Musulmanes; de todos modos su fracaso se ha hecho patente a todos los egipcios.
«Los Hermanos Musulmanes no estaban preparados para gobernar. Además lo que les importaba era la institución de un califato islámico y no, en primer lugar, Egipto. Esto no lo ha aceptado el pueblo».
No obstante, Greiche teme que los Hermanos Musulmanes, a los que han echado del poder, se quieran vengar y puedan producir disturbios. Ya ha habido, en este contexto, primeros casos de violencia islamista contra cristianos, dijo Greiche. «Ayer y anteayer se produjeron ataques contra una iglesia católica cerca de Minya. El edificio quedó levemente dañado, pero sobre todo en los comercios de cristianos que hay a su alrededor hubo daños».
Greiche ha subrayado también que ahora le corresponde a la Universidad de Al-Azhar de El Cairo, una de las instituciones islámicas más importantes del país, devolver al camino recto a los jóvenes desorientados por la ideología de los Hermanos Musulmanes. «Egipto es un país religioso, lo cual se puede decir tanto de musulmanes como de cristianos; pero los egipcios no son fundamentalistas», ha afirmado Greiche.
En general, Greiche se muestra optimista en relación con el futuro de Egipto. «La oposición no islámica ha encontrado una nueva unidad. Pero lo decisivo es que la juventud dirija la política, y no lo contrario. Ahora hay que integrar a los jóvenes de la plaza de Tahrir; no se les puede excluir de nuevo, como sucedió en la revolución de 2011».