Este lunes por la mañana presentaron al Papa Francisco el Annuario Pontificio 2013, con datos estadísticos que se refieren a 2011, y que descubren en números el estado de la Iglesia Católica. 

Así, en 2011 el catolicismo contaba con 1.214 millones de bautizados, un 17,5% de la población mundial. Les atienden 413.418 sacerdotes, 41.000 diáconos permanentes, unos 55.000 religiosos no sacerdotes y 713.000 religiosas.

De los 12 apóstoles que Cristo eligió, la Iglesia ha llegado a tener, para ese año, 5.132 obispos, que son sus sucesores. Esta cifra incluye muchos obispos eméritos y obispos auxiliares, porque en 2011 sólo había 2.979 diócesis y circunscripciones eclesiásticas.

Pero para entender mejor estas cifras, es bueno compararlas con una fecha tan reciente como el año 2000, para ver cómo está creciendo la Iglesia Católica en pleno siglo XXI.


En el año 2000 (según el Annuario de dos años después) había 1.050 millones de católicos. En 2011 (últimos datos oficiales que tenemos, los presentados al Papa) eran 1.214. Pero estamos en 2013, y la Iglesia ha seguido creciendo, más o menos al ritmo de 16 millones al año. Tirando a la baja, habría hoy en realidad en el mundo unos 1.230 millones de católicos, un 17% más que en el año 2000, 180 millones de personas más


Para imaginar lo que significan esos 180 millones de católicos más, imagínese toda la población de Portugal (10 millones), y toda la de Francia (62 millones) y toda la del Reino Unido (otros 62 millones) y la de España (46 millones). Eso son 180 millones. Eso sí, la mayoría son bebés y niños menores de 12 años, bautizados en su infancia.


Después de más de 3.000 años de historia (y de vicisitudes históricas realmente duras) hay unos 14 millones de judíos en el mundo. Pero el Dios de Israel, de Abraham y de Isaac, gana esa cifra de adoradores año tras año en la Iglesia Católica.

Según los Annuarios Pontificios, desde el año 2000:

AP 2002, sobre 2000: 1050 millones de católicos; 17.4% de la población mundial
AP 2003, sobre 2001: 1.061 millones [creció en 11 millones]
AP 2004, sobre 2002: 1.071 millones [creció en 10 millones]
AP 2005, sobre 2003: 1.086 millones [creció en 15 millones]
AP 2006, sobre 2004: 1.098 millones [creció en 12 millones]
AP 2007, sobre 2005: 1.115 millones [creció en 17 millones]
AP 2008, sobre 2006: 1,131 millones [creció en 16 millones]
AP 2009, sobre 2007: 1.147 millones [creció en 16 millones]
AP 2010, sobre 2008: 1.166 millones [creció en 19 millones]
AP 2011, sobre 2009: 1.181 millones [creció en 15 millones]
AP 2012, sobre 2010: 1.196 millones [creció en 15 millones]
AP 2013, sobre 2011: 1.214 millones [creció en 18 millones]
Hipotético, sobre el año 2012: serían 16 millones más (una media de los últimos 5 años); total, más de 1.230 millones hoy.


Al anglicanismo, en sus diversas ramas, incluyendo las vigorosas iglesias anglicanas de África, le ha costado 500 años llegar a tener 67 millones de fieles.

La Iglesia Católica, para crecer esa cifra, sólo necesita esperar 4 años y bautizar a los bebés que nazcan en familias católicas. Aunque una decena de obispos anglicanos, unos 200 clérigos y algunos miles de fieles se hayan hecho católicos desde el año 2000, las cifras católicas de crecimiento deben mucho más a la demografía que a las conversiones en Occidente.


Desde el 2000 hasta el 2011, la Iglesia pasó de 405.178 a 413.418 sacerdotes. Es un crecimiento de 8.240 sacerdotes. Parece una buena noticia pero no lo es tanto, porque la población católica que hay que atender crece mucho más. 


Exactamente, 19.000 nuevos católicos se han sumado a la Iglesia por cada uno de los 8.240 nuevos sacerdotes... Que, a su vez, en su momento heredarán muchos de los católicos ya mayores.

La desproporción numérica entre ovejas y pastores es uno de los puntos débiles de la estructura social del catolicismo. Norberto Strotman, obispo de Chosica (Perú), señalaba hace poco que "a cada presbítero de mi diócesis le corresponden 15.000 fieles, por lo que es imposible tener alguna relación. Todo lo que excede a 2.000 personas es imposible de llegar", admitía. 

Incluso si se hiciera un "reparto equitativo" de fieles entre todos los curas del mundo (incluyendo los ancianos, enfermos y retirados), le corresponderían 3.000 fieles a cada uno. Es impracticable, y cada vez más.


La Iglesia está sufriendo el descenso de las vocaciones religiosas femeninas: en 2011 hay 79.000 menos religiosas que en 2001, cuando eran 792.000 en todo el mundo. Con todo, esas 713.000 mujeres (una cifra equivalente a todos los habitantes de Zaragoza ciudad o de la provincia de Guipúzcoa) son un puntal indispensable para la Iglesia.


Si se sigue el ritmo de crecimiento de16 millones al año, en 2020, dentro de 7 años, habrá 112 millones de católicos más: es el equivalente a toda la población de México hace tres años; o a todos los habitantes de la parte europea de Rusia.


En realidad, si dividimos los 18 millones de nuevos católicos de 2011 por 365 días del año, salen unos 49.300 nuevos católicos diarios. Aunque no todos llegan por bautismo: especialmente en Pascua hay un pequeño porcentaje que llegan desde otras denominaciones cristianas y ya están bautizados.


África es el continente de mayor dinamismo para la Iglesia. En 2011, la población creció en África un 2,3%, pero el número de católicos aumentó un 4,3%. Allí viven ya 16 de cada 100 católicos. Un ejemplo: en apenas 20 años, en Chad, los católicos han pasado de ser el cinco por ciento a más del veinte por ciento.


Todas estas cifras contrastan con los humildes orígenes del cristianismo. El sociólogo Rodney Stark, en su libro «La expansión del cristianismo», calcula que en el año 200 debía de haber apenas 217.000 cristianos, un 0,36 por ciento de la población del Imperio romano.

Stark calcula que en el año 100 d.C. debía haber tan solo unos 7.500 cristianos en el mundo. ¡Quién le diría a esforzados apóstoles de esa época, como San Policarpo o San Ignacio de Antioquía, que llegaría un momento en que, día tras día, se bautizarían cada día 7 veces esa cantidad!