El día de Navidad volvió a teñirse de sangre para algunos cristianos que viven su fe en países donde el yihadismo pretende aniquilar el cristianismo. En esta ocasión, en la República Democrática del Congo un terrorista suicida de un grupo aliado de Estado Islámico mató al menos a seis personas, entre ellas varios niños, e hirió a más de una docena cuando detonó el explosivo en un restaurante donde estaban celebrando la fiesta del nacimiento de Jesús.
Tal y como informó la agencia Reuters, tras el ataque el día de Navidad en el restaurante de la ciudad de Beni, en la provincia oriental de Ituri, se podían ver sillas esparcidas por la calle, algunas de ellas derretidas o calcinadas, así como cuatro cuerpos, entre ellos el de una niña pequeña.
"Un ruido ensordecedor"
“Estaba sentado allí. Había una motocicleta estacionada. De repente la moto arrancó y luego hubo un ruido ensordecedor”, contó a la agencia AFP el presentador de radio local Nicolas Ekila, tal y como recoge Christian Post.
"El atacante suicida, al que los guardias de seguridad le impidieron entrar en este lugar abarrotado, activó la bomba en la entrada del restaurante", dijo en un comunicado el portavoz del gobernador regional, explicó el general Ekenge Sylvain.
El grupo rebelde al que pertenecería el terrorista ha estado atacando a los cristianos y chocando con el ejército en las provincias de Nord Kivu e Ituri, que se encuentran bajo un "estado de sitio" desde mayo. El ejército, que ha tomado el control efectivo en las dos provincias, aún no ha podido detener los ataques de las milicias armadas.
Por su parte, el obispo anglicano de la diócesis de Beni describió el ataque del día de Navidad como una “actividad de cobardía llevada a cabo por rebeldes débiles que quieren hacer seguidores de su fe por la fuerza”.