Hoy jueves toma posesión, o es "entronizado" en la silla de San Agustín de Canterbury, Justin Welby, como arzobispo anglicano de Canterbury, "Primado de Toda Inglaterra y Metropolitano", y líder -más honorífico que otra cosa- de la Comunión Anglicana, que cuenta con unos 67 millones de fieles en el mundo.
Como ya establecimos en un anterior artículo en ReL, en Occidente son pocos los anglicanos practicantes: incluso si sumamos todos los anglicanos practicantes de Canadá, de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, Irlanda y Reino Unido, no llegan ni a 2,6 millones (compárese con los 8 o 9 millones de españoles que uno encuentra en misa un domingo cualquiera).
El anglicanismo real hoy es sobre todo una religión del "Sur Global", con 18 millones de fieles en Nigeria, 8 en Uganda, 5 en la India, otros 5 en el sufrido Sudán, 4 millones entre Kenia y Tanzania, etc...
Cuando Welby fue elegido el pasado noviembre, su nombramiento asombró tanto o más que el del Papa Francisco. ¡Apenas llevaba un año como obispo de Durham!
Welby tiene muchos rasgos peculiares: hijo de divorciados, felizmente casado con seis hijos, él y su esposa fueron misioneros en África y allí fue negociador en secuestros y con guerrillas.
Antes había sido ejecutivo en la petrolera ELF UK. "¿Por qué te vas, quién ha superado nuestra oferta?", le preguntó su jefe. "No te preocupes, ha sido el Señor", respondió Welby.
Welby comparte tres aspectos que lo acercan al nuevo Papa Francisco: es un enamorado de la sensibilidad ignaciana, es un entusiasta de la Docctrina Social de la Iglesia Católica y se siente a gusto en la espiritualidad de estilo carismático.
Hace apenas unas semanas, Welby estaba en Suiza en un encuentro ecuménico organizado por la oficina internacional de la Renovación Carismática Católica y la comunidad carismática francesa Camino Nuevo. Esta comunidad católica se define como "ignaciana, carismática y ecuménica" (su presentación en español, aquí).
Cada año Camino Nuevo ofrece ejercicios ignacianos (llegaron a España en 2012, y tienen a su cargo el edificio de la Cartuja de Zaragoza). Pero en este encuentro en Suiza el tema era la "efusión del Espíritu Santo", y católicos y protestantes se reunían para exponer su vivencia carismática.
Welby creció en su fe sobre todo en la parroquia anglicana de Holy Trinity Brompton, de estilo carismático evangélico, la sede y cuna de los Cursos Alpha de evangelización. Cuando Welby fue deán en Liverpool, apoyó el nombramiento de un diácono anglicano amigo de Camino Nuevo. Dominique Ferry, el provincial de Camino Nuevo en Inglaterra, dijo que Welby "es alguien abierto que busca el diálogo; eso no significa que apoye la postura católica en temas como las mujeres-obispo, pero no hará nada de forma provocativa".
Del interés del Papa Francisco por el ecumenismo que se hace al "estilo carismático" pueden hablar en Argentina los responsables de CRECES, "Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo", que ya han celebrado seis encuentros conjuntos de carismáticos de ambas tendencias en Buenos Aires, a los que ha ido el cardenal Bergoglio, ha impartido predicaciones, ha tomado mate con pastores y sacerdotes, ha recibido oración de intercesión por parte de los pastores, con el gesto intercesor de que ellos apoyen la mano sobre su hombro, presentándolo al Señor.
Como demostró el Papa Francisco en el balcón de San Pedro el día que fue elegido, como insistió una semana más pidiendo oración a evangélicos y ortodoxos, se trata de un hombre que busca e incita la oración intercesora, que se rece por él.
Cuando uno repasa la lista de 11 responsables de CRECES, una iniciativa estable y en crecimiento que entusiasma a Bergoglio y al predicador capuchino de la Casa Pontificia, el padre Raniero Cantalamessa, encuentra varios laicos católicos, un par de sacerdotes, algunos pastores evangélicos... ¡y dos jesuitas!
Otro punto de contacto entre el nuevo Papa y el nuevo arzobispo de Canterbury es la Doctrina Social de la Iglesia. Lo comprobó la presidenta argentina Cristina Kirchner cuando visitó a Francisco: éste le regaló libros de Doctrina Social, para ver si aprende los principios católicos del gobierno justo. Welby siempre se ha declarado entusiasta de la encíclica social "Rerum Novarum", de León XIII.
"He ganado y aprendido mucho de la Iglesia Católica; he aprendido mucho de la espiritualidad católica y de la gloriosa y demasiado bien escondida estructura de Doctrina Social católica, que conocen sorprendentemente pocos católicos, ya no digamos otras personas", explicaba al semanario católico The Tablet en una rueda de prensa.
Hay otros puentes espirituales de Welby con el catolicismo. Por ejemplo, uno de sus orientadores espirituales es el padre Nicolas Buttet, un antiguo diputado suizo que se hizo ermitaño, luego sacerdote y fundador de una comunidad de acogida terapéutica centrada en la Eucaristía, la comunidad Eucharistein.
Por otro lado lado, Welby es oblato de la Abadía de Elmore, una abadía anglicana de espiritualidad inspirada en San Benito, y Welby a menudo reza y medita la Regla de San Benito.
Este es el hombre que ha conseguido juntar en Londres hoy a todos los primados y líderes anglicanos: los que tienen obispesas lesbianas y sacerdotisas abortistas, como es el caso de los episcopalianos de EEUU y los anglicanos conservadores africanos, de Uganda y Tanzania, que no quieren saber nada de esas lecturas desacralizantes.
El truco, señalan en el boletín anglicano conservador VirtueOnline, es que no los ha alojado ni colocado en los mismos edificios. Las obispesas episcopalianas y los serios primados anglicanos apenas se vislumbrarán de lejos.
Una mujer le presentará al pueblo ante la silla del monje romano Agustín, que evangelizó a los anglos en el siglo VI: la "venerable" Sheila Watson, archidiaconisa de Canterbury (es esposa del ex-deán de Salisbury, todo queda en familia).
Desde hace unas décadas, el archidiácono es quien anuncia y conduce a la cátedra al arzobispo de Canterbury. Como el cargo lo tiene ahora una señora, es ella la responsable de la entronización. Ya lo hizo hace unas semanas con el nuevo obispo anglicano de Chichester, Martin Warner, a pesar de que Warner se opone a las mujeres obispos y no ordena mujeres al sacerdocio.
Welby puede ser moderno en las formas, pero cree en los elementos sobrenaturales del cristianismo. Algo que el clero femenino anglicano (y son casi un tercio del clero ya) tiende a despreciar.
Eso se desprende de un estudio presentado en 2002 llamado "Cost of Conscience" (porChristian Research), en el que se analizaba las creencias del clero anglicano masculino y el femenino a partir de afirmaciones que se proclaman en el Credo (idéntico al católico) en los oficios anglicanos. Los resultados eran muy claros.
- Creo en el Espíritu Santo: 77% sacerdotes, 74% sacerdotisas
- Creo en Dios Padre: 83% sacerdotes, 74% sacerdotisas
- Creo en la Trinidad: 78% sacerdotes, 70% sacerdotisas
Cuando el Credo habla de Jesús, las diferencias aumentan:
- Creo que el cuerpo de Jesús resucitó de entre los muertos:
68% sacerdotes, 53% sacerdotisas
- Creo que Jesús es el único camino para ser salvado:
53% sacerdotes, 39% sacerdotisas.
- Creo que Jesús nació de una Madre Virgen:
58% sacerdotes, 33% sacerdotisas.
Éste es el “personal” con el que el nuevo arzobispo de Canterbury tendrá que intentar mantener el cristianismo, o al menos algunos de sus valores, en Inglaterra.
Mientras tanto, como hemos señalado en otros artículos en ReL, se ha producido algo insólito e inimaginable hace poco. En apenas una década, 9 obispos anglicanos (2 de ellos episcopalianos, de EEUU) se han hecho católicos.
Además, en los dos últimos años más de cien clérigos anglicanos se han unido a la Iglesia Católica a través de los ordinariatos anglocatólicos creados por Benedicto XVI: uno en Norteamérica, otro en Gran Bretaña y otro en Australia. Muchos de ellos ya son sacerdotes católicos o se preparan para serlo. Les han acompañado más de 2.000 laicos. Y vendrán más.