Es algo que no pasaba desde hace casi mil años, desde el cisma que dividió a la Iglesia oriental de la occidental en el año 1054: el Patriarca de Constantinopla ha anunciado que acudirá el martes a la misa de intalación del nuevo Papa.
El Patriarca Bartolomé de Constantinopla, patriarca ecuménico con un honorífico "primado entre iguales" para los ortodoxos de todo el mundo, acudirá a la misa de instalación del Papa Franciscco, según ha confirmado a AsiaNews.
Le acompañarán además el metropolitano ortodoxo de Pérgamo, Ioannis Zizioulas, Co-Presidente de la Comisión Mixta para la unidad entre católicos y ortodoxos; el metropolita ortodoxo de Argentina, Tarassios; y el metropolita ortodoxo de Italia, Gennadios.
Bartolomé I tuvo una relación cercana y fluida con Benedicto XVI, a quien recibió en sus estancias en Estambul.
Aunque el Patriarca de Constantinopla pastorea apenas a unos pocos miles de greco-ortodoxos en la ciudad del Bósforo, tiene una gran influencia como líder honorífico en las iglesias ortodoxas de tradición griega y eslava. Su gesto al acudir a Roma derriba un muro simbólico de distanciamiento que tiene casi mil años.
Benedicto XVI planteó a los ortodoxos que ellos mismos dieran sugerencias sobre cómo expresar el Primado del sucesor de Pedro en términos aceptables para ellos, inspirándose en el estilo de la Iglesia del primer milenio.
De Egipto ha llegado a Roma un telegrama del Patriarca Copto de Alejandría, Tawadros (Teodoro) II, que también usa el título de Papa y es líder espiritual de más de 6 millones de cristianos coptos.
"Las noticias de vuestra elección como cabeza de la Iglesia Católica llenan de gozo mi corazón; os felicito a vos y a vuestros cardenales por esta elección bendita. Santidad, os deseo buena salud y larga vida, que con vuestro trabajo la Iglesia Católica pueda crecer y dar testimonio de Cristo al mundo entero".
Como contraste, la Iglesia Ortodoxa Rusa y el Patriarcado de Moscú, que se considera a sí misma la "Tercera Roma", se muestra más tibio. El metropolita Hilarion de Volokolamsk, que lleva las relaciones exteriores, dijo a la prensa que la reunión entre el nuevo Papa y el Patriarca Kirill de Moscú "es posible", pero "el tiempo y el lugar dependerá de cómo vamos a ser capaces de superar rápidamente los conflictos entre los últimos años 80 y los años 90, refiriéndose a los bienes que Stalin confiscó a los católicos bizantinos y luego entregó a los ortodoxos, bienes que en algunos sitios los bizantinos han retomado, con enfado ortodoxo.
"En cualquier caso", dijo Hilarión, "el Papa Francisco ha demostrado más de una vez su simpatía espiritual con la Iglesia Ortodoxa y su deseo de tener contactos cercanos".
"Creyentes ortodoxos y católicos necesitamos unir fuerzas hoy para salvaguardar a los cristianos necesitados de apoyo y solidaridad, bajo presión y persecución en diferentes partes del mundo", ha señalado el Patriarca Kirill de Moscú, en una nota de felicitación al Papa Francisco.
Una particularidad del nuevo Papa es que para el imaginario popular ruso los lejanísimos argentinos no tienen ninguna significación negativa, al contrario que los vecinos polacos, que les invadieron en el siglo XVII, y los alemanes, en el XX, algo que dificultó en parte los esfuerzos ecuménicos de Juan Pablo II y Benedicto XVI con la ortodoxia rusa.
Otra particularidad del Papa Francisco es que en Argentina era ordinario para las comunidades católicas orientales que no tuvieran su propia jerarquía, lo cual incluía comunidades rusas católicas de rito oriental, por lo que es posible que Francisco conozca mucho mejor a los rusos que los rusos a Francisco.