Hoy domingo se celebra la Infancia Misionera en España, y la misa de La 2 en Televisión Española, retransmitida a las 10.30  desde el Colegio Santísimo Sacramento de Madrid (Arturo Soria, 208) tendrá como protagonistas a los niños: los del Primer Mundo y los de las misiones.

 
“El protagonismo misionero de los niños fue, efectivamente, un punto sin vuelta atrás de la historia de la Iglesia”, escribe Anastasio Gil García, director en España de Obras Misionales Pontificias. Fundada por monseñor Forbin-Janson hace 170 años "llevó a los niños a ser protagonistas de la misión y no meros beneficiarios, constituyó una novedad en la historia de la Iglesia". 
 
Ninguna institución en esa época acudía a los niños para ayudar a otros niños. La aportación que pedía Forbin-Janson a los niños era rezar un avemaría y dar una “perra chica” al mes. “Por primera vez los pequeños actuaban en la Iglesia como protagonistas de pastoral, y se demostraron protagonistas humildes, sencillos, pero también creativos y valientes”, afirma el director de OMP. 
 
De los inicios de Infancia Misionera en Burdeos hace 170 años se recuerda una anécdota. 
 
Un niño de 8 años, al escuchar del párroco hablar de la necesidad de orar y de dar una oferta para salvar a los niños chinos le dijo a su mamá:
-  Tenemos que ayudar a los niños de la China.
-  Sí, respondió la mujer, pero nosotros somos muy pobres y no tenemos dinero.
-  Sí, dijo el pequeño, nuestro dinero está ahí.
Y apuntó el dedo a los ahorros de la familia.
La mamá añadió:
-  Hijo mío, es el dinero del pan. ¡Nosotros nos quedamos sin pan!
-  ¿Cómo, respondió el pequeño, puede llegar a faltar el pan cuando se da por el amor de Dios?
 
Han pasado los años y la Infancia Misionera hoy cuenta historias de niños actuales.
 
Por ejemplo, de Alejandra Rubio, una niña madrileña de 9 años y Simran Samaden, que tiene un año más y vive en Harasamara, India. 
 
Aunque no se conocen, están unidas por un lazo de amistad forjado a través de la Infancia Misionera. El año pasado, desde España se enviaron casi 2,4 millones de euros a proyectos dedicados los niños. Alejandra, del colegio Cristo Rey de Madrid explica: “En clase coloreamos la hucha y metemos dinero para los pobres”. La hucha es una cajita de cartón con forma de casa fabricada por cada niño. “Me da pena que otros niños no tengan nada”, afirma su hermano Óscar, de 6 años. 
 
Su aportación va más allá de lo material: no sólo dan euros, sino sobre todo oraciones. “Cuando rezo, pido por mi familia, mis amigos y por los niños que no tienen tantas cosas como yo”, afirma la niña.
 
Las oraciones van directamente al cielo, pero ¿qué pasa con los euros? El colegio los entrega íntegramente a la Delegación de Misiones de su Diócesis. 
 
“Los colegios hacen un ingreso en nuestra cuenta, aunque a veces vamos con el coche a recoger las aportaciones, o nos la traen en metálico a la oficina”, afirma Josefa Ledo López, secretaria de la Delegación de Misiones de Ourense desde hace 36 años. Una vez que han recaudado todo, desde las Diócesis hacen un ingreso a la Dirección Nacional de Obras Misionales Pontificias. “Para nosotros, la tarea principal es la animación misionera, más allá de lo económico”, concluye tras contar todo lo organizado por ellos en esta semana de la Infancia Misionera, con iniciativas tales como cuentacuentos.

Otra forma de animación se hace a través de vídeos, como "Jesús, Tierra de Todos", una ficción sobre datos reales de 14 minutos y gran emoción.




 
 
Cuando la Asamblea de los directores de OMP decide la distribución de las ayudas, se reparten los proyectos por países. De esta forma, a España se le da la orden de mandar el dinero recaudado a determinados proyectos. Por ejemplo, en el 2012, España no mandó dinero a Albania, pero eso no quiere decir que Infancia Misionera Internacional no haya ayudado a ningún proyecto albanés. De hecho, el año pasado se enviaron 57.000 dólares a este país. Es, simplemente que, en este año, a España no se le adjudicó ningún proyecto en ese país en concreto.
 
Desde la Secretaría General, se da la orden a cada país de financiar unos proyectos concretos. Cuando ya se conocen esos proyectos, OMP España hace la transferencia estipulada a cada uno de ellos. “Después de la Asamblea General, nos llegan unas órdenes de Roma”, afirma Alicia Aguilar del departamento de administración de Obras Misionales Pontificias España. “Nosotros hacemos los ingresos a través del IOR (el banco del Vaticano), y así nos aseguramos de que llegue a las Nunciaturas”. 
 
Y de la Nunciatura, al destino final. “La secretaria de nuestro colegio nos ha dicho que estáis sosteniendo económicamente la renovación de nuestra escuela, que está en muy malas condiciones”, afirma Simran Samaden, una niña de 10 años de Harasmara de la India, en una carta a la revista Gesto. 
 
“Como el suelo está lleno de barro, los niños tenemos dificultad en sentarnos porque no tenemos sillas ni mesas –continúa esta estudiante-. Las ventanas y puertas están rotas. Las vacas, cabras, y a veces los borrachos entran en la escuela fuera del horario escolar y al día siguiente, tenemos que limpiar el suelo”.

Rosan Tirkey, de un año menos, afirma que se siente muy querido por los niños españoles. “Rezo por los niños de España, que nos están ayudando generosamente”. Y así es cómo llega el euro de una niña de Madrid a una niña de India.
 
Para ayudar a la Infancia Misionera puede visitar:
http://www.omp.es/Donativos/donativo.htm