Desde hace meses son frecuentes en Jerusalén, Haifa y otras ciudades de Israel actos groseros e insultantes por parte de extremistas nacionalistas judíos y de judíos ultra-ortodoxos contra clérigos cristianos, escupiendo a sus pies y diciéndoles groserías. También hay pintadas y amenazas en algunos edificios de iglesias.
En Haifa han agredido con pintadas y concentraciones al monasterio carmelita de Stella Maris y los cristianos han llegado a protestar con actos en las calles. A comienzos de mayo, miembros de la secta ultra-ortodoxa Breslov comenzaron a llegar al monasterio en autobuses, reclamándolo como lugar santo judío y de sepultura del profeta Eliseo, discípulo de Elías. Por precaución, los monjes han colocado una verja en la entrada, algo que antes era impensable.
En una comunicación el 27 de julio en Twitter, el alcalde Kalisch Rotem expresó su apoyo al monasterio: "La iglesia de la Orden de los Carmelitas Descalzos en Stella Maris pertenece a los cristianos. No permitiremos que extraños entren en ella y no permitiremos que factores externos rompan las relaciones profundas y delicadas en la ciudad". Los carmelitas aseguran que muchos vecinos judíos les han mostrado apoyo frente a los acosadores llegados de fuera de la ciudad.
Herzog en el Carmelo
Los líderes cristianos han pedido medidas serias ante la situación, y como gesto de cercanía y preocupación el presidente israelí Isaac Herzog y su esposa visitaron el 8 de agosto el monasterio carmelita, ligado a las cuevas donde el profeta Elías vivía, origen de la espiritualidad del Carmelo.
Allí les recibieron los carmelitas, los líderes católicos (el Patriarca Pizzaballa), los ortodoxos (el Patriarca Teófilo) y los de otras denominaciones cristianas. Acudió también el jefe de la policía, Yaakov Shabtai, un signo claro, para Pizzaballa, de que se está "tomando el asunto en serio".
El presidente, "una voz muy clara"
El Patriarcado latino agradeció la visita con una nota declarando "su satisfacción por este acto que apoya el llamamiento a establecer un marco más estrecho de paz, entendimiento y convivencia".
"En este momento un tanto complicado, especialmente para la comunidad cristiana, pero no sólo para ella, es un momento de gran tensión dentro de Israel, entre israelíes y palestinos, y la voz del presidente israelí, especialmente en lo que se refiere a los ataques y agresiones contra los cristianos, ha sido una voz muy clara, muy decidida, quizá la única tan acreditada en el mundo político israelí, apreciada por todos. Y su visita a uno de los lugares más afectados en estos momentos es un gesto que confirma su determinación de luchar contra este fenómeno tan doloroso", asegura el Patriarca latino.
Algunos puntos de interés en el Santuario Stella Maris de Haifa, origen del Carmelo.
Mayor conciencia de las agresiones
Pizzaballa ha comentado a Radio Vaticano que ya antes se daban ataques y agresiones contra clérigos y instalaciones cristianas, pero ahora hay "una mayor conciencia del problema que antes quizá se había subestimado demasiado".
Pizzaballa avisa de que la Policía no podrá resolverlo todo. Pide "educación para respetar la alteridad, algo que no está tan de moda en Tierra Santa en estos momentos".
El problema se da cuando "el otro es visto como una amenaza: 'Jerusalén es para mí, así que no puede ser tuya también, y así sucesivamente'", denuncia el pastor de los católicos latinos de Tierra Santa.
"La falta de confianza genera violencia, por lo que hay que trabajar mucho sobre todo a nivel religioso entre cristianos, judíos y musulmanes, para que esta cultura de exclusión del otro no cale demasiado hondo en la conciencia de la población", añade.
Pizzaballa, como Patriarca latino de Tierra Santa, también visitó el 9 de agosto al presidente palestino, Mahmud Abbas, en Ramala. Abbas le felicitó por su nombramiento como cardenal, algo que refuerza la influencia de la pequeña iglesia de Tierra Santa en el mundo, y la atención del mundo sobre Tierra Santa. Abbas, sgún explica Pizzaballa, le dijo: "Estamos en un momento en el que no se escucha mucho a los que quieren la paz, pero debemos seguir buscando a estas personas, porque llegará el momento en que las necesitaremos".
El reto de los jóvenes dispersos
En un entorno con distintos niveles de violencia y hostilidad, la Iglesia tiene el reto de trabajar con jóvenes católicos de distintos orígenes que se ven a veces presionados o despreciados por su fe.
George Akroush, director de la oficina de desarrollo de proyectos del Patriarcado Latino de Jerusalén, explicó a ACN (Ayuda a la Iglesia Necesitada) sus proyectos juveniles, para reunir jóvenes y fortalecer su comunidad. Por ejemplo, hay proyectos de festivales de verano con conciertos y oraciones para más de 200 jóvenes, y una combinación de eventos deportivos y de educación religiosa, donde los jóvenes jugarán baloncesto y aprenderán de entrenadores católicos que darán testimonio de su vida espiritual.
Admite que la pastoral con jóvenes hasta ahora ha sido algo "bastante esporádico y fragmentado". Quiere decir que los de etnia árabe iban por un lado, los de lengua hebrea por otro, los de Jordania por el suyo... Quieren lanzar ahora "un programa estratégico dirigido a todos los grupos de jóvenes en Jordania, Palestina e Israel, incluido el Vicariato para Migrantes y Solicitantes de Asilo y la congregación de habla hebrea”.
Por otro lado, aunque los católicos son pocos, entidades católicas dirigen "casi 200 escuelas en Palestina, Israel y Jordania, y enseñan a cientos de miles de personas. A pesar de todos los desafíos que enfrenta la Iglesia, las mejores escuelas, los mejores hospitales y las mejores instituciones que atienden a personas con discapacidades, huérfanos, ancianos y refugiados, son todos cristianos”.
Agregó que estas escuelas tienen el deber de enseñar a las nuevas generaciones “a ser más tolerantes, más tolerantes, e inculcarles los valores cristianos del amor, la tolerancia y la aceptación”.
(Publicado originariamente en el portal de Fundación Tierra Santa).