El Papa Francisco ya está en Timor Oriental, el único país de Asia (con excepción de Filipinas), donde los católicos son mayoría. De sus 1,3 millones de habitantes, más del 90% se declaran católicos, como herencia de la presencia portuguesa.
La isla de Timor se declaró independiente de Portugal en 1975. Timor es el único Estado soberano de Asia con el portugués de lengua oficial. La otra lengua oficial es el tetun.
El Papa llegó a Dili, la capital, tras 3 horas y medio de vuelo desde Port Moresby, en Papúa Nueva Guinea, recorriendo 2.500 kilómetros.
Ceremonia de recepción con los 14 municipios
En el aeropuerto de Dili fue recibido por el polaco Wojciech Zaluski, que es el Nuncio para Malasia y Timor, junto con el presidente de la República, José Manuel Ramos-Horta, y el Primer Ministro, Xanana Gusmão.
Como es habitual, dos niños vestidos con trajes tradicionales ofrecieron a Francisco flores junto con un tais, el pañuelo tradicional timorense. Les acompañaban catorce personas, con traje tradicional, en representación de los catorce municipios del país. Tras escuchar los himnos ante la Guardia de Honor, el cortejo papal se dirigió a la Nunciatura.
Jóvenes reciben con alegría al Papa Francisco en el aeropuerto de Dili, en Timor; la edad media de la población en este país es de 21 años (en España es de 45).
La fe defendió al país, dijo el Papa a las autoridades
Por la tarde, el Papa tuvo ocasión de dirigirse a las autoridades del pequeño país (es del tamaño de una provincia como Huesca, León o Toledo). En el Palacio presidencial pronunció su mensaje en español, como suele hacer en países de lengua portuguesa. Fue quizá el discurso más largo de los que ha pronunciado en este viaje.
Timor fue invadido por Indonesia de 1975 y sólo en 2002 se reconoció internacionalmente su independencia. El Papa alabó que el país "supo afrontar momentos de grandes tribulaciones con paciente determinación y heroísmo" y que "vive hoy como un país pacífico y democrático, comprometido con la construcción de una sociedad solidaria y fraternal, desarrollando relaciones pacíficas con sus vecinos".
“Damos gracias al Señor porque, atravesando un período tan dramático de vuestra historia, no perdisteis la esperanza y, después de días oscuros y difíciles, por fin amaneció un amanecer de paz y libertad”. Recordó que San Juan Pablo II visitó el país en 1989 bajo ocupación indonesia. Y destacó que fue el "arraigo en la fe católica" de los timorenses un factor decisivo para superar "años de prueba y de su mayor prueba".
Elogió especialmente el esfuerzo en favor de la "plena reconciliación con nuestros hermanos indonesios", actitud que, según el Papa, “encontró su primera y más pura fuente en las enseñanzas del Evangelio”.
Apostar por los niños y jóvenes, contra la pobreza rural
El Papa condenó los abusos contra menores en Timor-Leste, destacando la necesidad de combatir la pobreza y centrarse en la educación. “No olvidemos a los numerosos niños y adolescentes cuya dignidad es vulnerada, un fenómeno que está surgiendo en todo el mundo. Todos estamos llamados a actuar responsablemente para prevenir cualquier tipo de abuso y garantizar que nuestros niños crezcan en paz”, declaró en el discurso de apertura de su visita.
Habló también de la pobreza en el mundo rural y pidió "remediarla y ofrecer alternativas viables a la emigración", indicó. Y mostró su preocupación por el “consumo excesivo de alcohol entre los jóvenes y la formación de pandillas violentas”.
También improvisó unas palabras para alabar a "un pueblo maravilloso", que se expresa "con dignidad y alegría". “Este es un país hermoso, pero lo mejor que tiene este país es su gente. Amad a vuestro pueblo”, pidió a los dirigentes.
Pidió una gestión adecuada de los recursos naturales, como “las reservas de petróleo y gas, que podrían ofrecer posibilidades de desarrollo sin precedentes” y recordó que el 65% de la población de Timor Oriental tiene menos de 30 años, pidiendo priorizar a niños y jóvenes.
La fe que llegó de la Península Ibérica
El Papa recordó la conexión histórica con Portugal, de donde llegaron los primeros misioneros dominicos, en el siglo XVI, “trayendo el catolicismo y la lengua portuguesa”. “Nacido en Asia, el cristianismo llegó a estos remotos confines del continente a través de misioneros europeos, dando testimonio de su vocación universal y de su capacidad de armonización con las más diversas culturas”, añadió.
Además, el Papa agradeció la decisión de adoptar la declaración de Abu Dabi que firmó junto con el Gran Imán de Al-Azhar, el 4 de febrero de 2019, como “documento nacional” de Timor Oriental, incluyéndola en los planes de estudios escolares, en la asignatura de Humanidad y Fraternidad.
Por su parte, el presidente José Ramos-Horta, que fue Premio Nobel de la Paz en 1996, habló de la lucha contra “la pobreza multidimensional, el hambre y la inseguridad alimentaria, la desnutrición maternoinfantil, la violencia de cualquier tipo, las diferentes formas de exclusión y de marginación social”.
Vídeo completo del encuentro de Francisco con las autoridades en Dili, Timor.
Una misionera italiana: cosas que no han cambiado
En la agencia AsiaNews, en la víspera de llegar el Papa, contaba cómo es la situación del país la misionera italiana Alma Castagna, de las Hijas de María Auxiliadora, las monjas salesianas que están en el país desde hace más de 30 años. Ella tiene 66 años y ha pasado la mitad en la isla. Es licenciada en medicina y atiende enfermos en zonas remotas.
La religiosa explicaba que en todas las parroquias del país se prepararon trabajando 3 documentos:
- Amoris Laetitia, a causa de la familia "que también aquí se desmorona";
- Laudato Si, por el tema ecológico;
- Fratelli tutti , por las tensiones que existen entre grupos de jóvenes y los partidos.
La religiosa señala que la edad promedio de la población es de 21 años (es España es de 45) pero los gobernantes siguen siendo la generación vinculada a la "lucha por la independencia". Pide a la Iglesia que prepare más a los jóvenes en el campo de la participación política.
Alma Castagna es una veterana misionera salesiana italiana que lleva media vida en Timor.
La educación sigue siendo un reto en general. "Intentamos ofrecer una educación sólida: tenemos chicas que han terminado la escuela secundaria y desean abrazar la vida consagrada, pero ni siquiera saben leer. Nuestra presencia en las escuelas pretende mejorar el nivel de la educación, de lo contrario mañana no habrá una clase dirigente preparada y capaz de tomar las riendas de la nación", avisa.
Mayoría de catequistas varones, y católicos no muy católicos
La religiosa italiana también aclara que el supuesto 90% de católicos en la isla es muy matizable: los indonesios obligaron a todos a indicar una de 5 religiones en los documentos de identidad (Islam, hinduismo, budismo, catolicismo o protestantismo). Casi todos eligieron el catolicismo porque las otras religiones les resultaban lejanas, pero ella cree que sólo un 30% tiene una fe arraigada, aunque los lugares de culto están llenos y la mayoría acude a misa.
Señala que, al contrario de lo que pasa en España o Portugal, en Timor casi todos los catequistas son varones, especialmente en las zonas con menos sacerdotes.
En cuanto a la pobreza, hay zonas que no han cambiado en 20 años o más. Ella pasa mucho tiempo en orfanatos para niñas en pueblos a 150 kilómetros de la capital, en Venilale y Lava, con más de 100 muchachas, que colabora con un instituto profesional de alimentación y hostelería, con 170 alumnos y alumnas.
Una fe que mezcla animismo y tradiciones
Santiago Sáiz González, misionero dominico de Burgos, que lleva 11 años en la isla, ha hablado también con la web de los dominicos y con VaticanNews sobre la fe en este país. En la isla hay 6 misioneros españoles según OMP.
Recuerda que los dominicos fueron los primeros en llegar a Timor por encargo de los reyes portugueses, en 1556, y que fueron los únicos en la isla hasta 1832. Después llegaron los salesianos, los jesuitas y los verbitas. Hoy los dominicos son 5 sacerdotes que atienden una "casi-parroquia" en la montaña, regentan un colegio de 600 alumnos y colaboran en la enseñanza en el seminario y en noviciados. También dan clases de Ética en la universidad. Hace 2 años abrieron un colegio de enseñanza secundaria.
Santiago Sáiz cree que el apoyo de los clérigos a la población durante los años de la independencia ayudó a la cristianización casi masiva de la isla. "Ahora el 95% de la población se confiesan católicos. El problema fue y es su deficiente educación religiosa y catequética. Son cristianos, pero mantienen lo que llaman cultura: tradiciones ancestrales que mezclan animismo, religiosidad popular (les gustan las procesiones, especialmente marianas) danzas, sacrificios de pollos..."
Por eso, dice, el reto es "inculturizar la fe católica purificando las tradiciones que el pueblo tiene, pero al mismo tiempo hacer un proceso de adaptación, aculturación a la cultura del pueblo, para que la fe cristiana no sea un traje de última hora".
Para los timorenses, añade, "el certificado de bautismo es el único y más importante documento que ellos poseen, necesario para imprimir otros documentos e inscribirse en colegios y universidades".
La ayuda a una iglesia misionera: cifras
Timor Oriental se organiza en 3 diócesis (Dili, Baucau y Maliana) que la Iglesia considera territorios de misión, y reciben apoyos de Obras Misionales Pontificias (OMP) y las donaciones del Domund.
OMP apoya sobre todo los gastos básicos de los 3 seminarios diocesanos del país (con 617 seminaristas) y financia a los 320 novicios de distintas congregaciones en su primer año de formación. OMP también ha apoyado recientemente en la construcción y rehabilitación de 7 parroquias y una escuela secundaria.
En este país pobre, toda ayuda es bienvenida para impulsar una Iglesia en crecimiento, que hoy cuenta con 347 sacerdotes y más de mil religiosas. La Iglesia lleva adelante allí 66 parroquias, 51 instituciones sociales (hospitales, residencias de ancianos y discapacitados), y 320 escuelas.
Fotos misioneras en Timor Oriental.