La denuncia por parte de la iglesia greco ortodoxa en Gaza del secuestro y conversión forzosa al islam de cinco de sus miembros -que afirman haber actuado libremente- ha aumentado la tensión entre cristianos y musulmanes en el territorio gobernado por el movimiento islamista Hamás.
Docenas de miembros de la pequeña comunidad gazense cristiana se manifestaron anoche para exigir protección y protestar contra lo que consideran un secuestro de cinco cristianos perpetrado por islamistas radicales con el objeto de obligarles a hacerse musulmanes.
Según la comunidad cristiana, al menos diez cristianos del enclave palestino han sido obligados a convertirse en los últimos tres meses.
El gobierno de Hamás en la franja, sin embargo, negó que se hubiera producido ningún secuestro, tortura, ni cambio forzoso de religión y aseguró que estaba protegiendo a los conversos ante la ira de su anterior comunidad.
Iyad al-Alami, director del departamento legal del Centro Palestino de Derechos Humanos en la franja, aseguró a los periodistas que, en dos encuentros separados entre los implicados y sus familiares, estos "franca y claramente dijeron a sus familias que se habían convertido al islam por voluntad propia".
Los implicados son Ramez Amash, un joven de 24 años, Heba Abu Dawud, una mujer de 32, y las tres hijas de ésta que, según el diputado islamista Salem Salameh, se convirtieron al islam de forma oficial ante un tribunal religioso.
Las familias de ambos, así como la iglesia a la que pertenecen, en el barrio de Zeitún en Gaza capital, han negado que la conversión fuese motu proprio y han acusado en un comunicado a un grupo islámico, cuyo nombre no facilitan, de capturarles por la fuerza.
"Un peligroso grupo islámico está tratando de convencer a jóvenes hombres y mujeres cristianos de cambiar su religión, con el fin de destruir las familias cristianas y la presencia cristiana en la franja de Gaza", asegura la iglesia en una nota, que insta a las autoridades de Hamás a liberar a los cinco.
El "grupo islámico", acusa la iglesia en la nota, "utiliza fórmulas sucias aterrorizando a los niños, presionándolos psicológicamente y haciéndoles chantaje. Usan drogas y productos químicos para controlarles y asustarles" .
"Ni los judíos ni la ocupación (israelí) utilizan este tipo de terrorismo", declaró a un grupo de periodistas la madre de Amash, que aseguró no tener dudas de que su hijo "ha sido secuestrado" y sus captores no le permiten regresar a casa. La angustiada mujer añadió que "el islam es una religión de justicia, perdón y amor. Prácticas como ésta no tienen nada que ver con el islam". Aseguró que ha llamado a los secuestradores para pedirles que le dejen marchar, pero que cuando insistió, la humillaron.
Por su parte, la madre de Abu Dawud aseguró que desde que su hija estudió en la Universidad Islámica de Gaza ha sufrido fuertes presiones para hacerse musulmana.
La mujer, que, según ella desapareció de casa con sus tres hijas el pasado miércoles y no ha regresado, "estaba muy cansada de toda la presión que sufría" para convertirse.
El obispo de la iglesia ortodoxa en Gaza, L.Elixious, denunció que el Gobierno de Hamás no protege a los cristianos y exigió la devolución de sus cinco fieles.
Las dos familias acusan de la desaparición de sus hijos al diputado Salameh, pero éste ha declarado que se convirtieron al islam hace cinco meses y negó conocerles de antes.
"No obligamos a nadie a convertirse. Vinieron a nosotros y les estamos protegiendo con todo el poder que tenemos, porque han declarado oficialmente que se convertían al islam frente a un juez islámico y se les ha entregado el certificado oficial de que son musulmanes", explicó.
El ministro de Sanidad de Hamás, Basim Naim, que se ocupa también de las relaciones con la comunidad cristiana, señaló que el gobierno "tiene buenas relaciones con los cristianos en la franja de Gaza, y estos lazos están basados en la libertad de creencia y de pensamiento".
Ahmed Majdalani, miembro de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) señaló en un comunicado que este incidente "hace daño a los lazos sociales y religiosos entre los palestinos" y acusó a Hamás de "alimentar un clima de extremismo en la franja de Gaza que no tiene nada que ver con la religión islámica".
En Gaza viven 3.000 cristianos, en una población de 1,6 millones de residentes musulmanes y, por lo general, no se registran tensiones entre ambas comunidades, si bien el número de cristianos se ha reducido desde la toma del poder en la franja de los islamistas en junio de 2006.