Este domingo, Luis del Pino entrevistó en su programa Sin complejos, de esRadio, al Gran Maestro de la Gran Logia de España, Óscar de Alfonso.
Al final de la conversación, y tras reiterar los habituales argumentos masónicos para afirmar su compatibilidad con la religión católica (mil veces desmentidos por la Iglesia y por la misma historia de enfrentamientos de ambas instituciones), Del Pino le preguntó, no como Gran Maestro, sino "a nivel personal", qué opinaba de la labor de Benedicto XVI como Papa.
Ésta fue la respuesta de Alfonso: "Como Gran Maestro no debo pronunciarme, y en cualquier caso la Gran Logia de España respeta lo que el Papa representa y la labor que hace".
Y a continuación expresó su opinión a título personal: "Como Óscar de Alfonso, la verdad es que me parece muy bien. Permítame decir que es injusto cómo se está tratando al Papa Benedicto, porque entiendo que él está haciendo una reforma silenciosa, constante, dentro de la institución del Vaticano y dentro de la Iglesia en general. Y [ante] esas reformas que él está haciendo y que la gente no se entera, está recibiendo muchas presiones y está recibiendo muchos reparos, creo que por gente de dentro".
"Yo creo que ese espíritu de reforma hay que apoyarlo y yo creo que el Papa ha hecho muchísimo más en el corto tiempo que él lleva que decenas de años de otros Papas", continúa el dirigente masón, antes de hacer una velada referencia a Juan Pablo II: "Lo que ocurre es que otros Papas ganaron la batalla de la comunicación, y eran magníficos viajeros y tenían un marketing televisivo estupendo y quedaban muy bien. Benedicto XVI tiene menos gancho televisivo, pero a nivel interno -y la información que yo tengo es así- lo está haciendo muy, muy [sic] bien, y de una manera muy necesaria".
"Y (ahora lo hemos visto con los Vatileaks, con el mayordomo detenido, las filtraciones y demás) cuando alguien mueve de verdad y hace un terremoto controlado dentro de una institución", prosigue, "eso provoca grandes problemas a algunas personas que estaban acostumbradas a trabajar de otra manera".
Por último, finaliza Alfonso: "Yo creo, y aquí hablo absolutamente a nivel personal, que el Papa lo está haciendo muy bien desde ese punto de vista. Lo que pasa es que esa imagen del Santo Oficio que tiene encima es difícil quitársela. Pero yo creo que lo está haciendo bien".