La Iglesia anuncia la creación de la nueva diócesis de Bentiu, en Sudán del Sur, una zona atribulada por la miseria, las inundaciones, la guerra civil y con un campo con 100.000 refugiados.

El Papa pone al frente a un misionero veterano, el comboniano italiano Christian Carlassare, de 46 años, hasta ahora obispo de Rumbek, también en Sudán, que antes, desde 2005, sirvió en la vecina diócesis de Malakal, de la que ahora se desgaja Bentiu.

Le dispararon en su propia habitación

Carlassare fue noticia tristemente en abril de 2021, aún antes de ser consagrado obispo, cuando unos hombres entraron en su habitación, cercana a la catedral de Rumbek, y le dispararon hiriéndole en las piernas. Se recuperó en Nairobi, Kenia, y fue dado de alta en mayo. Pasó 6 cirugías. 

El día después del ataque difundió un vídeo diciendo: "Tomará algún tiempo para que mis piernas puedan volver a caminar, pero les aseguro que volveré y estaré con ustedes". Unos días después, desde el hospital, difundía otro asegurando que oraba a Dios "por la conversión de los pecadores", dijo Carlassare en un mensaje grabado por AciÁfrica.

"Ofrezco el dolor que estoy pasando para que el Señor Nuestro Dios, purifique la iglesia de Rumbek de todos los errores y así cosas como estas no sucedan más. No hay lugar para la violencia, la división, [y] los deseos egoístas que vienen del diablo", aseguró.

Christian Carlassare, en el hospital en 2021 tras haber sido curado de las heridas de bala.

Aunque a lo largo de 2021 la policía llegó a detener a 6 sospechosos de estar involucrados en el tiroteo, al menos dos fueron liberados después por falta de pruebas.

El atentado no le amedrentó. Fue a Roma, el Papa le recibió y animó, volvió a Rumbek, fue consagrado obispo y ha ejercido de pastor de la diócesis menos de tres años.

Poner en marcha una nueva diócesis

Conducir Rumbek no era fácil, pero poner en marcha la nueva diócesis que se acaba de crear tampoco lo será. En Rumbek había unos 200.000 católicos, heridos por guerras y hambrunas, que se apoyaban en la amplia obra del obispo misionero comboniano Cesare Mazzolari, que murió en 2011 con 74 años (en plena misa y mientras consagraba). Mazzolari edificó escuelas, pozos, paneles solares... con su ONG Cesar Sudan que aún funciona. Luego la diócesis estuvo casi diez años sin obispo, hasta que llegó Carlassare, que ahora se va.

En la nueva diócesis de Bentiu se calcula que hay unos 620.000 católicos, aproximadamente la mitad de la población del territorio, que cubre básicamente el estado sursudanés de Unity, de un tamaño similar a la superficie sumada de Galicia y Asturias.

Para atender la nueva diócesis habrá 7 sacerdotes diocesanos, 4 sacerdotes religiosos y 10 seminaristas. Los católicos se organizan en 7 parroquias (cada una de ellas cubre un enorme territorio, con muchas capillas locales).

Cien mil refugiados y unas inundaciones enormes

Bentiu está al norte de Sudán del Sur, cerca de la frontera de Sudán del Norte, país de abrumadora mayoría musulmana. Desde hace diez años cuenta con un campo de refugiados de guerra enorme: en enero de 2023 contaba con 100.000 refugiados en 12.000 tiendas-refugios (unas 8 personas por tienda-refugio).

Vídeo breve de Unicef-Nueva Zelanda de 2023 sobre el campo de Bentiu (en inglés):

Luego, en marzo de 2023, hubo unas terribles inundaciones, que según Naciones Unidas afectaron a unas 400.000 personas: poblaciones y campos destruidos, y más desplazamiento de población.

La masacre de Bentiu: iban a iglesias y mezquitas a por víctimas

Carlassare también tendrá que predicar sobre perdón y reconciliación, quizá enseñando las heridas de bala de sus piernas.

El 15 de abril de 2014 Bentiu fue escenario de una masacre que incluso cuenta con entrada propia en Wikipedia, la "Masacre de Bentiu". Una radio incitó a la violencia de la etnia nuer contra todas las demás.

Después de que fuerzas rebeldes tomaran la ciudad haciendo huir a las gubernamentales, un grupo de soldados de etnia nuer recorrieron las mezquitas, iglesias (también en la iglesia católica) y hospitales de la ciudad seleccionando a personas por su etnia y disparándoles. Mataron más de 400 personas a sangre fría en lugares sagrados y en las calles y los cadáveres quedaron una semana sin ser atendidos. Hubo además cientos de heridos.

Los retos van a ser colosales para Carlassare y sus 11 sacerdotes en la nueva diócesis de Bentiu.

La diócesis de Malakal, de la que se desgaja Bentiu, queda con 23 sacerdotes y 14 parroquias, que atienden a unos 900.000 católicos.

Coros y procesión de entrada en misa en Bentiu, en 2019, con el obispo de Malakal; música y juventud no faltarán en la nueva diócesis: