El Patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal, sonríe y bendice. Está participando en una cena en su honor, en un hotel de la ciudad en donde se encuentran los peregrinos del Movimiento Cristiano de Trabajadores (Mct), que decidieron festejar su 40 aniversario con la construcción de viviendas para las jóvenes parejas de cristianos. «Gracias por vuestra presencia –les dice Twal– y gracias porque de esta manera no nos sentimos solos...».
- Es un fenómeno que comenzó en Túnez, en donde viví durante 13 años. Era un movimiento sano, genuino, provocado por la pobreza, por el desempleo, por la falta de libertad. Estuve muy contento al verlo nacer, sobre todo porque si se ve de cerca el inicio de la “primavera árabe”, se puede identificar el hilo que conecta algunas de las peticiones de los jóvenes con las instancias que representamos nosotros durante el Sínodo del Medio Oriente...
- Pedimos, sobre todo que los cristianos fueran verdaderos ciudadanos, que participaran. El inicio de la “primavera árabe” era una forma de aplicar esa invitación, que tenía que ver con los cristianos y, en general, con toda la población. Considero importante indicar que, cuando el fenómeno comenzó, no había gritos contra “el imperialismo” occidental, no había posiciones a favor del fanatismo islámico.
- Todos, incluso los que no habían participado, quisieron recoger los frutos de lo que estaba sucediendo. Y ya nada fue como antes. La comunidad internacional intervino, entraron en juego intereses políticos y económicos: cada quien quería una rebanada del pastel.
Hace un año, en Londres, dije: “este movimiento involucrará a todos los países árabes. Ni siquiera Israel será inmune. Espero de verdad que los gobernantes tomen en serio el disgusto de los jóvenes y espero que tengamos la capacidad para entender cuáles son las reformas necesarias y el coraje para llevarlas a cabo, favoreciendo un mayor respeto para las personas y para las minorías”.
- Lo que sucedió en Egipto, Libia y Siria es otra cosa. En el mundo árabe, en Medio Oriente, los regímenes cambian solo si el ejército entra en juego. Sucedió en Túnez y en Egipto. Libia representa una excepción: allí hubo una intervención armada de los países occidentales. Me pregunto cómo descubrieron estos países, después de 43 años, que Gadafi era “malo”.
Siria se encuentra en una situación diferente. El 80% de la población apoya al régimen, el 85% del ejército apoya al régimen. Me parece difícil que se invierta esta tendencia en poco tiempo y temo que muchas más víctimas inocentes serán sacrificadas. En Jordania hay alrededor de 78 mil refugiados de Siria censados, por lo que creo que en realidad son por lo menos el doble.
- Beh…si vemos la situación de Irak, no podemos esconder el hecho de que exiten algunos temores. Hay que ver lo que sucedió allá tras el “import-export” de la democracia mediante las armas. No se puede cambiar el régimen de ciertos países sin pensar en la forma en la que se conducirá la fase sucesiva...
- Sí, continúa. Pero también me gustaría recordar, hablando de la situación de Israel y de los Territorios sometidos a la Autoridad palestina, que los cristianos, árabes en su gran mayoría, son parte integral de la población palestina que vive en los territorios ocupados.
Siempre les digo a mis amigos israelíes que la persistencia de esta situación nos daña a nosotros, a los palestinos y también a ellos mismos, porque termina por alimentar el rencor y hace que se aleje la esperanza de una vida normal para todos, la esperanza de la paz y de la convivencia. Hay toda una generación que nació durante este conflicto. Espero de verdad que la comunidad internacional haga escuchar su voz al respecto. Iniciativas como las del Movimiento Cristiano de Trabajadores, que ha contribuido a financiar la construcción de algunas viviendas para jóvenes parejas cristianas en Jerusalén, representan una ayuda concreta y un apoyo para evitar la migración.
- Creo mucho en la importancia de la educación. En nuestras escuelas hay chicos musulmanes y cristianos que estudian juntos. La presencia musulmana en nuestras estructuras educativas es del 30%. Solamente aprendiendo a estar juntos, creciendo juntos en la amistad y en el respeto recíproco, se puede esperar un futuro de paz. Por eso la nueva universidad católica es un proyecto significativo para el futuro.
- Aparecieron pintadas en los muros contra Jesús, ha habido profanaciones de cementerios y de estatuas y han escupido a sacerdotes y religiosos cristianos. Lo que es positivo es que las autoridades israelíes, y las autoridades religiosas, hayan condenado estos episodios. Lo malo es que la condena no es suficiente: es necesario educar a los jóvenes, hay que entender de quién aprendieron ese comportamiento, porque estos episodios nos dañan a nosotros y al mismo Israel. Hay que educar en el respeto recíproco y no usar el desprecio.