La ‘Reina del Pop’, la ambición rubia o Madonna a secas actuará en la ciudad rusa de San Petersburgo el 9 de agosto después de pasar dos días antes por Moscú. La cantante, como tiene acostumbrado al público, se ha desecho en elogios hacia el colectivo gay para apoyarle en su cruzada particular tras la prohibición en la ciudad de la promoción de la homosexualidad entre los menores de edad.

A primeros de noviembre de 2011 la Asamblea Legislativa de San Petersburgo ya anunció que discutiría, a propuesta del partido de Vladimir Putin, prohibir la “propaganda de la sodomía, el lesbianismo, el bisexualismo, el transgenerismo y la pederastia” a los menores de edad. El proyecto buscó atraer a Rusia Unida a los votantes más conservadores en las elecciones que tuvieron lugar el 4 de diciembre y prohibió la difusión de cualquier información de índole homosexual. Finalmente se aprobó y ha entrado en vigor este 24 de marzo.

Moscú será la siguiente ciudad rusa en seguir los pasos de San Petersburgo, y ya se ha puesto manos a la obra para aprobar un proyecto similar, según confirmó el propio Ayuntamiento moscovita, a través de la presidenta de su comité de Salud Pública Lyudmila Stebenkova.


El homosexualismo político ruso ha manifestado su malestar con la cantante estadounidense ya que ha dicho solidarizarse con ellos contra la nueva norma en lo que los gays han considerado una actitud “hipócrita”.

Madonna ha anunciado que se manifestará a favor de los homosexuales en sus conciertos: “Iré a San Petersburgo para hablar por la comunidad gay y para dar fuerza e inspiración a todo aquel se esté o se sienta oprimido”, dijo en su perfil de la red social Facebook y afirmó ser “una luchadora por la libertad”.

Cansados de la hipocresía de numerosos artistas que sólo utilizan a los homosexuales para hacerse valedores de una supuesta bandera de la libertad –y dicho sea de paso de su clientela- el homosexualismo político ruso ha respondido con la convocatoria de protestas en sus conciertos: “Protestaremos contra la hipocresía de las estrellas de pop. En Rusia obtienen ganancias fantásticas, y eso hace que se olviden de los derechos humanos. Si gente como Madonna boicotearan sus conciertos eso tendría consecuencias económicas, y eso es importante. Pero declaraciones de apoyo a los gays y lesbianas en el concierto no significa nada”, afirmó Iuri Gavrikov, que dirige el movimiento gay en la ciudad del Neva.

En ese sentido. La periodista ruso-estadounidense Masha Gessen apeló a que Madonna suspendiera sus conciertos en señal de protesta.

Parece que el colectivo que aupó a la ‘Reina del Pop’ se revela contra su hipocresía y entiende que en definitiva la defensa a ultranza de sus intereses (al menos en lo que a palabras se refiere) se trata de una estrategia más de marketing.