La Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, nació, según los registros, cuando la creó Godofredo de Bouillon tras conquistar Jerusalén en 1099 durante la Primera Cruzada. Desde entonces han pasado muchos años y los caballeros, damas y miembros de la Orden ya no trabajan con armas, sino con esfuerzo caritativo y solidario, para ayudar económicamente a los cristianos de Tierra Santa.
La Orden declara que su objetivo es “ayudar a las instituciones caritativas y sociales de la Iglesia Católica en Tierra Santa, particularmente, las del Patriarcado latino de Jerusalén”. Su fin asistencial es “defender la fe cristiana en Tierra Santa y la conservación de los Santos Lugares”. Para eso, los 30.000 miembros de la Orden del Santo Sepulcro, repartidos por todo el mundo, ayuda económicamente a mantener en Tierra Santa 70 parroquias, unos 50 colegios y apoyar con becas a unos 30.000 estudiantes (de los que un tercio son cristianos, la mayoría de escasos recursos).
España es especial en la historia de esta Orden porque es el único lugar del mundo en el que ha existido ininterrumpidamente desde su fundación, según afirman sus miembros.
Una advocación que cumple un siglo
Un momento importante para esta Orden y su conexión con los Santos Lugares es la fiesta de Nuestra Señora Reina de Palestina, fiesta que se originó hace ahora un siglo.
El Patriarca Latino de Jerusalén Luigi Barlassina (1920-1947), con motivo de su entrada solemne en la Basílica Catedral del Santo Sepulcro, el 15 de julio de 1920, consagró la diócesis a María y la invocó por primera vez con el título de “Reina de Palestina”.
En 1983, San Juan Pablo II, dirigiéndose a los Caballeros y Damas de la Orden en la Italia del centro y del norte, les animó a continuar la obra de la Orden en Tierra Santa bajo la protección de Nuestra Señora. Diez años después, en 1993, el Gran Maestre de la Orden, el cardenal Giuseppe Caprio, pidió a san Juan Pablo II la advocación específica de Nuestra Señora, Reina de Palestina, como patrona de la Orden. El Papa estableció el 21 de enero de 1994 que así lo decretaba.
La fiesta de la Reina de Palestina se celebra litúrgicamente el 25 de octubre, aunque este año, debido a la pandemia, cada región de la Orden ha celebrado su misa especial en unas fechas y circunstancias distintas.
En Valencia, el cardenal Cañizares exhorta a ayudar a Tierra Santa
En Valencia se ha celebrado la primera semana de diciembre, con una misa presidida por el Cardenal Arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares Lloveras, a la que asistió el Lugarteniente General, Juan Carlos de Balle y Comas, que es también miembro de la Real Hermandad del Santo Cáliz (Cuerpo de la Nobleza Valenciana), llegado expresamente para el acto desde Barcelona. Se celebró la liturgia en el altar mayor de la Catedral de Valencia.
Concelebraron con el cardenal los capellanes de la Orden en Valencia, que son los canónigos Alvaro Almenar, celador del Santo Cáliz, y Miguel Bou, tenor de la catedral, y el capellán castrense teniente coronel, Jorge Olcina. Acudieron caballeros y damas de la Orden, guardándose todas las medidas de seguridad por la pandemia. El caballero y letrado Carlos Verdú Sancho leyó la oración de los fieles en la que se pidió por la Orden, Tierra Santa y España. Hubo además representantes de otras órdenes de caballería: por la Orden de Malta, Salvador María de Lacy y Pérez de los Cobos; y por la Orden de Caballeros de Santa María del Puig, Quintiliano Pérez Monedero.
El cardenal Cañizares centró su homilía en la Virgen como Reina de Palestina y animó a todos a ayudar a los cristianos de Tierra Santa. Al final de la misa, el Lugarteniente General de la Orden pronunció la Oración a la Virgen de Palestina, junto con los presentes.
En la colecta de la misa se recaudaron 6.000 euros para las obras de la Orden.