Shahbaz Batti era ministro de las Minorías en el gobierno pakistaní cuando fue asesinado por islamistas el 2 de marzo de 2011. Entre otras batallas por los cristianos en su país, se había volcado con Asia Bibi, la mujer condenada a muerte acusada de una supuesta "blasfemia" contra Mahoma.
Un año después se han celebrado en todo el país vigilias de recuerdo y oración por su alma. En Islamabad (donde fue tiroteado, recibiendo más de treinta impactos), Faisalabad, Lahore o Karachi, miles de personas evocaron su memoria. En la capital, hicieron entrega a su hermano Paul, que ha recogido el testigo de su combate, de la bandera de la Alianza de Minorías del Pakistán, la organización que él fundó para garantizar sus derechos frente a la mayoría mahometana.
Joseph Coutts, arzobispo de Karachi y amigo personal de Shahbaz Batti, celebró la misa en sufragio por su alma en Faisalabad, y afirmó en la homilía que "sigue vivo en nuestra memoria por su misión y por su sacrificio en nombre de la cristiandad".
Por su parte, el padre Anjun Nazir recordó que Batti "llevaba siempre consigo un rosario". Y el padre Pervez Emmanuel sintetizó el convencimiento de los católicos pakistaníes al pedir a Benedicto XVI que declare a "Shahbaz Batti mártir de la Iglesia". Por último, el padre Anwar Patras dijo que "vivió com o un auténtico discípulo de Cristo, y aun sabiendo que iba a ser asesinado, se mantuvo firme en la lucha por dar voz a los marginados".