"La muerte del líder norcoreano, Kim Jong-il podría ser el comienzo de un punto de inflexión para el proceso de reunificación de las dos Coreas. Esperamos que el Señor de luz y fuerza a los hermanos norcoreanos para que vuelva una política centrada en el diálogo, la paz, y la reconciliación". Es lo que declara a la Agencia Fides, su excelencia monseñor Peter Kang, Obispo de Cheju y Presidente de la Conferencia Episcopal Corea del Sur, al comentar la muerte del dictador Kim Jong-il, reemplazado por su sucesor designado, su hijo Kim Jong-un de treinta años.
Monseñor Peter Kang dice a Fides: "No esperábamos tal evento. Esperamos que esto sea el motivo para desarrollar un proceso de reunificación. No sabemos en detalle la actual situación política de Corea del Norte. También existe la posibilidad de que haya un tiempo de establecimiento, antes de tener la estabilidad definida, debido a que el nuevo líder Kim Jong-un, es muy joven de solo 30 años, no tiene experiencia política y no parece gozar de mucha confianza por parte del pueblo coreano". El Obispo continúa: "Nadie lo conoce. Es un líder que ha aparecido de repente. Nuestras esperanzas están siempre en el inicio de un camino de paz y reconciliación. Este evento podría ser una señal de que el Señor quiere una transformación fundamental en el país".
Según el rev. Kim Tea Sung, Secretario General de la "Conferencia de Corea de la Religión para la Paz" (KCRP), "el futuro del país es una cuestión muy delicada". "La muerte del querido líder - explica a Fides el reverendo Kim - podría dejar un vacío y crear problemas muy serios en la vida social y política. Esperamos que en el norte ahora no haya un momento de conflicto, porque traería más sufrimiento a la gente".
El rev. Kim espera continuar con la relación de intercambio y diálogo entre los líderes religiosos del norte y del sur: "No tenemos aún una reacción oficial del Norte o del Sur. Hemos programado una reunión, para el 22 de diciembre en Corea del Norte, para preparar la llegada al sur de una delegación de los líderes religiosos del norte. El viaje debe realizarse el próximo año, como parte de un curso de reuniones bilaterales, después de la visita de los líderes religiosos del Sur, que fueron a Pyongynag en septiembre de 2011. Nuestra esperanza es que este proceso de intercambio continúe, incluso con el nuevo liderazgo político del Norte, para reforzar un clima de cordialidad y amistad entre el Norte y el Sur de Corea".