El pasado 23 de noviembre se inauguró la pequeña iglesia de San Alberto en Faisalbad (Pakistán), en un barrio pobre de la ciudad que el verano pasado quedó asolado por las inundaciones. Guirnaldas de flores, pétalos de rosas y más de seiscientos católicos de la zona, apiñados en el pequeño templo, acompañaron a la primera misa, celebrada por padres dominicos.
Si ya es noticia esa pequeña pica en Flandes en un país donde los cristianos están cada vez más acosados por el auge islamista, lo es aún más las circunstancias que rodean la construcción de la iglesia, que depende de la parroquia del Santo Rosario.
En el lugar donde se alza sólo había, pocos meses atrás, un enorme agujero. La pareja de ancianos propietaria del terreno (Baba Emmanuel y Hanifa Bibi) lo donó a la Iglesia, y enseguida se pidió aportaciones a los vecinos, merced a cuya generosidad pudo colmarse el terreno, primero, y luego levantar el templo.
¿Por qué está dedicado a San Alberto? "Porque él dedicó toda su vida a difundir el mensaje de la verdad", explicó durante la ceremonia el padre Pascal Paulus, viceprovincial de los dominicos, según recoge Asia News.
Durante las inundaciones, los fieles le habían pedido un lugar para rezar. Y no tardó en llegar. Otro dominico presente, el padre Patrick Peter, añadió que la forma en que se ha resuelto la petición y se han allegado medios para ello "es un ejemplo de trabajo en grupo y de dedicación a la cristiandad".
Y ahora queda lo más importante, completa el párroco, Iftikhar Moon: "Participar en las celebraciones con regularidad para satisfacer la sed de espiritualidad".