"No se puede matar moscas a cañonazos", dice el refrán. Y a esta sabiduría popular ha acudido la organización ecuménica International Christian Concern (ICC) para burlar la férrea vigilancia militar que blinda Corea del Norte, el país más aislado del mundo por la dinastía comunista que encarna actualmente Kim Jong-iL.
Según un informe remitido a la Agencia Fides, ICC, una organización que busca abrir un puente entre los países libres y aquellos donde la religión es perseguida, ha conseguido introducir en el país 10.000 Biblias mediante el procedimiento de atarlas a sendos globos y lanzarlos sobre terreno norcoreano, con el fin de alimentar espiritualmente a las comunidades clandestinas y posibilitar su arriesgado apostolado.
"Es uno de los países más cerrados y allí las persecuciones son terribles", dicen en ICC para explicar su actuación, que se enmarca dentro de su objetivo de "aceptar las diferencias entre denominaciones en favor los más débiles de nuestra familia: los perseguidos".