Las fechas simbólicas y los números redondos continúan fascinando y asustando al mismo tiempo a muchas personas en la órbita de la nueva religiosidad, del ocultismo y de la superstición.

Según informaba la agencia AFP, los numerólogos esperaban con ansiedad el viernes, 11 de noviembre de 2011, cuando faltaban 49 minutos para el mediodía y fuesen las 11:11 h. del 11/11/11, una rara cifra que, para los adeptos a las ciencias ocultas, podría indicar la ocurrencia de eventos inusuales.

Según información recogida por RIES, mientras que para la mayoría de la gente esta coincidencia de reloj y calendario, que se produce una vez en cien años, pasó totalmente desapercibida, los numerólogos y otros esotéricos buscaron las señales que esto podría tener. Algunos evocaron el inicio de un humanismo renovado, de una nueva armonía en el mundo, o incluso ven la apertura de una puerta a otra dimensión o “una revolución de la conciencia”.

Miles de aficionados a las ciencias ocultas se reunieron ese día para ceremonias o danzas. Varias páginas dedicadas a esta fecha aparecieron en Facebook. Los médiums y grandes sacerdotes de lo paranormal más conocidos destacaron la importancia de la “sincronía” del 11/11/11 a las 11:11, como el israelí Uri Geller o el estadounidense Solara, “experto en numerología” y autor de un libro sobre el significado del número once.

También lo hicieron los fanáticos de Spinal Tap, una película de 1984 que describe una banda de hard rock, en base a hechos reales o imaginarios, en el que el número once es de especial importancia. “Tener un triple número clave en el calendario es sin duda de gran importancia”, dijo Solara a la AFP. “Yo veo un gran cambio en la conciencia del planeta y esto coincide con la fecha”, dijo el médium.

Solara, que vive en Perú, mantuvo en secreto sus planes para el 11/11/11, revelando solamente que grupos en más de 50 países aprovecharían la ocasión para sentarse en silencio a meditar. Algunos numerólogos atribuyen al número once poderes paranormales que proporcionan un canal de comunicación con el subconsciente. Otros, como Solara, sostienen que el once representa la dualidad del bien y del mal en la humanidad.

En internet está lleno de blogueros que insisten en el carácter místico de este número que según ellos suele estar asociado a los desastres, como los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Algunos también hacen hincapié en el hecho de que el propio World Trade Center en Nueva York era en sí mismo una reminiscencia del número once. Además, el primer avión de pasajeros en estrellarse contra las torres era el vuelo 11.


Otros citan la profecía de San Malaquías, quien en el siglo XI predijo que habría 112 papas antes de un apocalipsis bíblico. Benedicto XVI es el papa número 111. La fecha 11 ha estado históricamente cargada de significados. Además de los atentados de 2001, el armisticio de la Primera Guerra Mundial se firmó a las 11,00 h. de la mañana del 11 de noviembre de 1918.

“Hay una sincronía interesante en el hecho de que muchos eventos estén asociados con el número 11″, observa Ellie Crystal, una bloguera que se presenta como una “exploradora de la metafísica del mundo”. Para John Hoopes, profesor de pensamiento crítico en la Universidad de Kansas (centro), todas estas teorías seudocientíficas son un ejemplo perfecto del “sesgo de confirmación de la hipótesis”. Es la tendencia a privilegiar la información que confirma las ideas preconcebidas, sin tener en cuenta a aquéllas que las contradicen, dijo.

Por otro lado, la revista Año Cero correspondiente al pasado mes de octubre dedicó un reportaje a este tema. El director de esta conocida publicación esotérica, Enrique de Vicente, introduce así su artículo: “Muchos se sienten obsesionados por el número 11, que se repite de forma inquietante en torno a los atentados del 11-S y el 11-M o en los impactantes sucesos acaecidos en días 11 de 2011. Algunos sospechan que todo podría apuntar al 11/11/11. En los días previos, el asteroide YU55 pasará frente a la Tierra, el gobierno americano ha programado la primera alerta nacional de su historia, está prevista una alineación cósmica del polémico cometa Elenin, el grupo Anonymous programa la destrucción de Facebook… ¿Simples coincidencias, un código inscrito en el inconsciente colectivo o premoniciones de un acontecimiento crucial?”.


El día 11 del 11 de 2011, era la fecha del fin del mundo, según las predicciones de algunos profetas apocalípticos que aseguraban que los astros, un satélite o el sol devastarían el planeta. No es la primera vez que surgen profecías de este tipo. Muchos aseguraban que el mundo finalizaría en el año 2000 y otros apuntan a que será el próximo año. En este caso, los apocalípticos se centran en el once que, para algunas sectas es sinónimo de muerte.


Los matemáticos, mientras tanto, restan importancia a esta simbología de los números y admiran este número. Así lo contaba Vanessa Sánchez en el diario Faro de Vigo.

Hagan este sencillo cálculo: sumen su edad a las dos últimas cifras de su año de nacimiento. ¿Quizás el resultado sea 111? Pasado el susto inicial, esta casualidad no tiene más que una lógica explicación matemática aunque, para algunos, detrás de esa cifra pueda haber un mensaje oculto. El 11 del 11 del 2011 se ha convertido ahora en la nueva fecha señalada por profetas apocalípticos como el día en el que llegará el fin del mundo. El impacto de un meteorito, una explosión solar o un nuevo desastre natural amenazan nuestra supervivencia. Quizás, sean estas unas de las últimas líneas que lean en su vida. Quizás no.

Desde que en diciembre de 2010 el astrónomo ruso Leonid Elenin descubriera el cometa que lleva su nombre –"que llegaría en el 2012 y destruiría el planeta al invertir los polos y su magnetismo"–, no han cesado las especulaciones; más, si se añade que un asteroide de 400 metros de envergadura, el 2005 YU55, pasó el 10 de noviembre entre la Tierra y la Luna a unos 324.000 kilómetros de nuestro planeta, lo que mucho auguraban como un peligro. "Ha habido otros cometas o meteoritos más cercanos y mucho más críticos que la gente ni siquiera conoce. A la hora de hablar de casos como estos hay que ser muy serios", cuenta Salvador Sánchez, del Observatorio Astronómico de Mallorca. Y es que el cielo, las constelaciones y los astros han sido siempre un referente a la hora de elaborar los calendarios y, también para presagiar catástrofes.

Voceros del fin del mundo han existido a lo largo de la historia de la humanidad. Pero lo cierto es que quién más quién menos se ha dejado llevar en esta ocasión por la infeliz coincidencia del número 11 en las fechas de otros trágicos acontecimientos: el 11 de septiembre de 2001 tuvo lugar el atentado de las Torres Gemelas; el 11 de marzo de 2004 se produjeron las explosiones en los trenes de Madrid que dejaron alrededor de 200 muertos, y el 11 de marzo de 2011 tuvo lugar un terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter que azotó la región norte de Japón.


¿Coincidencias? "Por supuesto, no hay por qué pensar más allá ni buscarle los tres pies al gato", dice el matemático Pere Estelrich i Massutí. "Lo que es evidente es que existe una relación entre los números y la naturaleza, pero eso ya lo sabía Pitágoras. Estamos hablando de la geometría sagrada", añade. Se refiere Estelrich a la creencia básica de que existen ciertas relaciones entre la geometría y la matemática y la espiritualidad, Dios y otros conceptos místicos.


El 11 representa la dualidad, tal y como explica Toni Hurtado, amante de las artes esotéricas y profesor de yoga, "y el mundo tal y como lo conocemos es dual: el bien y el mal", cuenta. El 11 también es el número adoptado por las sectas masónicas como sinónimo de muerte, aunque, según Hurtado, el 11 es un "número maestro". "Para mí, el 11 del 11 del 2011 será una jornada de espera, de reflexión, de reconectarnos con el lugar en el que vivimos. Parece ser que en torno a ese día se abrirá un nuevo portal energético que nos permitirá sincronizarnos de nuevo. Pero esto, desde luego, no es nada malo". Y justifica esta idea en torno a la activación del sol. Cada uno de los ciclos solares tiene una duración de 11 años y justo ahora se produce un cambio. "Creo que se nos está invitando a despuntar, a parir una nueva humanidad".

"El tema numérico atrae mucho, y a menudo la gente le asigna propiedades adivinatorias o esotéricas, pero es por falta de conocimientos", apunta Daniel Ruiz, vicepresidente de una sociedad de Matemáticas. "Además, ningún número por sí es más bonito que otro", añade.


La Cábala, que busca mensajes escritos a través de la Biblia –a cada letra se le puede asignar un número–, es una de las creencias más arraigadas en el mundo, aunque, su base científica puede discutirse. "Para empezar, el sistema numérico que nosotros conocemos en la actualidad es muy diferente al de otras civilizaciones, ha ido cambiando. Además, según qué países o culturas, ni siquiera los números se escriben igual. Por eso, decir que tal o cual cifra augura un cambio o el apocalipsis es, sencillamente, fantasear", subraya Daniel Ruiz.


Pero desde el punto de vista de los matemáticos, el 11, cuanto menos, es un número atractivo. Para empezar, es un número primo formado por una decena y una unidad, lo que permite realizar multitud de operaciones de manera mucho más sencilla. Y pone ejemplos. Si nos dan una cifra a dividir entre 11, la solución la obtenemos de una manera mucho más rápida que el tiempo que tardamos en coger una calculadora. "Como los múltiplos de 11 son siempre 22, 33, 44... lo que hay que hacer es siempre buscar a cuál de ellos está más cercano la cifra a dividir. Si es 35 entre 11 deberíamos hacer: 33/11= 3. Los decimales se obtienen de multiplicar 9 por el número que nos falta para llegar a 35 (en este caso 2). La solución: 3,181818...". Y con otras fórmulas iguales de sencillas se pueden resolver multiplicaciones y otras ecuaciones.

Y por cierto, explica Daniel Ruiz por qué a todos, la suma que les animábamos a hacer al principio da como resultado 111. "Es sencillo. Han transcurrido 111 años desde 1900, que es el referente del que partimos. A los que nacieron a partir del año 2000, la suma será 11. Así que nada de sustos", concluye.

El 11 del 11 del 2011 llegó y pasó sin mayores consecuencias aunque, es evidente, que todo tiene un fin. Ya lo dijo y describió en su día de forma magistral el desaparecido astrónomo Carl Edward Sagan en Cosmos. "Dentro de varios años habrá un día perfecto. Entonces, a partir de un periodo de millones de años el Sol comenzará a hincharse, la Tierra se calentará, la mayoría de las formas de vida desaparecerán, el mar se retirará dejando libres las costas, los océanos se evaporarán (...) Eventualmente el Sol se tragará nuestro mundo y todo habrá acabado".