Al menos 63 víctimas mortales y otras muchas con heridas de consideración, todas ellas cristianas de Damaturu, en el estado de Yobe, al noreste de Nigeria, según testigos y fuentes de Cruz Roja.
El grupo islamista Boko Haram reivindica los ataques.
Las explosiones cogieron por sorpresa a las fuerzas de seguridad sobre las 18.30, hora local del viernes, y fueron seguidas de tiroteos que se prolongaron durante la noche, lo que forzó la huida de numerosos habitantes de la ciudad, de acuerdo con el corresponsal de BBC en el país. Entre los edificios afectados se encuentran nueve iglesias y la sede de la policía de este estado nigeriano.
Un miembro de la secta islamista Boko Haram ha reivindicado este sábado para los ataques. "Somos responsables de los ataques en Borno -estado del que la ciudad de Maiduguri es la capital y donde había tenido lugar un triple atentado suicida contra un cuartel del ejército- y Damaturu", ha reconocido a través de una llamada telefónica un miembro del grupo identificado como Abul Qaqaa.
La banda, cuyo nombre significa "La educación occidental está prohibida", lucha por imponer la ley islámica en Nigeria y ha lanzado con frecuencia ataques contra miembros de la policía y el Gobierno.
Por su parte, en la ciudad septentrional de Kaduna varios hombres armados atacaron a los fieles que se dirigían a una vigilia en la iglesia de San José y acabaron con la vida de dos mujeres. Al menos otras 14 personas fueron ingresadas en hospitales de la zona, mientras que un número indeterminado presentaban heridas menores.
Se trata de la sexta vez en los últimos seis meses que tiene lugar un ataque similar en el sur del estado de Kaduna, mayoritariamente cristiano.
Con alrededor de 150 millones de habitantes, que se integran en más de 200 grupos tribales, Nigeria -el país más poblado de África- sufre múltiples tensiones por profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales entre sus comunidades.