La carta inicia recordando que «en su visita apostólica, realizada desde enero hasta junio de 2011, Su Excelencia Mons. Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, se ha encontrado en los distintos países con casi la totalidad de los miembros consagrados del Regnum Christi, sea en reuniones de grupo sea también en coloquios personales».
El Cardenal De Paolis comenta que a lo largo del mes de septiembre, junto con su Consejo, ya ha realizado una primera lectura del informe del visitador y ha intercambiado reflexiones en un encuentro conjunto con legionarios y personas consagradas en el Regnum Christi.
Por una parte, en la visita apostólica se constató que «los miembros consagrados están agradecidos por su vocación y viven con alegría su consagración a Dios según los consejos evangélicos, conscientes de que ofrecen un servicio precioso a la Iglesia». Por otra parte, a nivel institucional, se presentan retos exigentes que se tendrán que tratar con las mismas personas consagradas que son «las primeras interesadas».
El Delegado Pontificio afronta a continuación una de las cuestiones explicando que «en general se percibe un juicio positivo sobre la relación entre la Legión y las personas consagradas en el Regnum Christi por los buenos frutos que ha dado en el apostolado». Al mismo tiempo se deberá garantizar «una justa autonomía, de la que las personas consagradas deben gozar y que les corresponde en cuanto forma asociativa en la Iglesia», manteniendo con la congregación de los Legionarios de Cristo «un vínculo en la participación, aunque sea diferenciada, en el mismo carisma, espiritualidad y apostolado, conservando un tesoro precioso que han heredado». Por tanto, se buscará «una configuración adecuada, que corresponda al derecho canónico, para custodiar, promover y desarrollar mejor ese tesoro».
De manera muy semejante al camino que ya está recorriendo la congregación de los Legionarios de Cristo, el Delegado Pontificio prevé ahora para los miembros consagrados «un período de gran empeño para estudiar las diversas cuestiones» y el medio principal será «una reflexión seria, apropiada y resolutiva» que se realizará con la participación «de todos los protagonistas, según la responsabilidad de cada uno, tanto a nivel individual como colectivo».
Mientras se definan las modalidades concretas de este proceso, el Cardenal De Paolis establece de manera provisional algunas disposiciones.
En primer lugar dispone que el camino «se desarrollará bajo la responsabilidad del Delegado Pontificio para la Congregación de los Legionarios de Cristo, asistido por sus consejeros personales».
Los Estatutos del Regnum Christi aprobados por la Santa Sede «siguen en vigor» y «el director general de los Legionarios conserva para la vida ordinaria la autoridad sobre las personas consagradas». Sin embargo, tal como ya quedó establecido para los legionarios, «todas las decisiones de importancia relacionadas con las consagradas y los consagrados del Regnum Christi, en particular las admisiones de nuevas personas consagradas, los cambios de destino, los nombramientos y las dimisiones o dispensas de las promesas, requerirán la aprobación del Delegado Pontificio, tras oír el parecer de la asistente general de las consagradas y del asistente general de los consagrados».
El Cardenal De Paolis indicó además que ya no se recurrirá al oficio de un sacerdote delegado del director general o de un sacerdote delegado de los directores territoriales para atender los asuntos relacionados con las consagradas del Regnum Christi.
Finalmente, se estipula que «todo lo que se ha establecido para los Legionarios de Cristo en relación con la dirección espiritual, el sacramento de la penitencia, la correspondencia y el uso de Internet y la protección de la conciencia en el diálogo con los superiores, se aplica también a las consagradas y a los consagrados del Regnum Christi».
El Cardenal De Paolis concluye su carta exhortando «a iniciar y recorrer el camino de reflexión personal y comunitaria en un ambiente de oración, diálogo y respeto para llevar a cumplimiento la bella realidad de la vida consagrada en el Regnum Christi en la Iglesia».
Para leer el texto completo de la carta pinche aquí.