Algunas agencias han titulado: «El Vaticano arremete contra la BBC», pero la realidad es más sencilla: un artículo de opinión el pasado martes de una colaboradora de la edición italiana de «L’Osservatore Romano», el diario oficioso (no oficial) del Vaticano, criticó con contundencia a la televisión británica por proponer la sustitución de las tradicionales siglas del antes o después de Cristo por un genérico «era común».
La idea de la BBC saltó a la prensa británica la semana pasada, con una frase, supuestamente, de un comunicado oficial: «Comprometidos con la imparcialidad, es adecuado que usemos términos que no ofendan o alienen a los no cristianos», y por eso proponía usar «era común» y «antes de la era común» como «una alternativa religiosamente neutral». Lucetta Scaraffia, profesora de Historia en la Universidad La Sapienza de Roma, respondió con un artículo de opinión titulado «Una hipocresía históricamente insensata», denunciando que bajo ese «respeto» a otras religiones, lo que pretende en realidad es «cancelar» cualquier rasgo de cristianismo.
Algo que, de hecho, ya dijo la semana pasada el obispo anglicano jubilado Michael Nazir-Ali, de Rochester: «Esto se suma al derribo de la base cristiana de nuestra cultura, lenguaje e historia», declaró el obispo. Scaraffia afirma: «Muchísimos no cristianos han dicho que no se sienten ofendidos por la datación tradicional antes de Cristo, AC, y después de Cristo, DC.» La hipocresía radica, añade, en recurrir al momento del nacimiento de Cristo sin mencionarle. «Negar la función históricamente revolucionaria de la venida de Cristo a la tierra, aceptada también por quienes no le reconocen como Hijo de Dios, es una estupidez y desde el punto de vista histórico lo saben tanto los judíos como los musulmanes», destaca la historiadora italiana. Además, recuerda que con Cristo se extiende la idea de que todos los seres humanos son iguales, «principio sobre el que se fundan los derechos humanos, un principio que hasta ese momento nadie había mantenido».
Por eso, añade, «no es cuestión de fe, sino de razón. Judíos y musulmanes lo han entendido claramente». Al arreciar la polémica en Gran Bretaña, una portavoz de la BBC declaró el miércoles que no imponían la nueva forma de fechar, sino que sólo «era posible para los individuos usar una terminología distinta si lo desean».
- Los calendarios que han pretendido ser poscristianos tienen «pésimos precedentes», recordó la historiadora: la Revolución Francesa, la Rusa y hasta Mussolini intentaron crear sus propios calendarios.
- Los revolucionarios de Francia inventaron la semana de diez días, que emplearon de 1793 a 1805. Los soviéticos crearon la semana de seis días, que usaron de 1929 a 1940. El objetivo: acabar con el ritmo judeocristiano de descansar el séptimo día.