Dos años después de los trágicos sucesos de Gojra, en Pakistán, que en la noche del 30 de julio de 2009 sacudieron a la comunidad local cristiana, dos líderes religiosos islámicos pidieron perdón públicamente por una “de las peores manifestaciones del odio hacia los cristianos en Pakistán”.
Lo hicieron durante un encuentro que tuvo lugar después de una misa en sufragio por las víctimas, presidida por el obispo de Faisalabad, monseñor Joseph Coutts.
El director de una madraza (escuela islámica) de la región, Israr Bihar Shah, y el, jefe de una mezquita cercana, Hafiz Abbul Haui, han acusado explícitamente a los “fanáticos” como responsables de los sucesos y han condenado sus acciones como “contrarias al espíritu mismo del Islam”.
El jefe de la policía ya había entonado el mea culpa en 2010 -las fuerzas del orden fueron acusadas, de hecho, de no haber intervenido de ningún modo para frenar la violencia.
Hace dos años, una multitud de casi 3.000 musulmanes invadió el barrio cristiano de Gojra, ciudad del Punjab pakistaní. Incendiaron dos iglesias (que Ayuda a la Iglesia Necesitada está ayudando a reconstruir) y más de 150 edificios.
En el gran incendio murieron quemadas ocho personas -entre las que había cuatro mujeres y un niño de 7 años- y otras veinte quedaron gravemente heridas.
El origen de la violencia fue la acusación de algunos líderes religiosos islámicos a tres cristianos -Mukhtar Masih, Talib Masih e Imran Masih- culpables, según ellos, de haber quemado algunas páginas del Corán. Esa acción, aplicando la infame Ley anti-blasfemia pakistaní, prevé la cadena perpetua.
En defensa de los tres hombres se declaró, en seguida, el entonces ministro para las minorías, Shahbaz Bhatti- asesinado en un atentado el 2 de marzo de 2011-, que sostuvo firmemente su inocencia. “Son afirmaciones de importancia extraordinaria”, ha declarado a Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) el director de la Comisión para el ecumenismo y el diálogo interreligioso de Faisalabad, el padre Aftab James Paul.
Hablando con AIN, el sacerdote destacó que los dos líderes islámicos -aunque no estaban implicados en el ataque de 2009- han tenido la valentía de pedir perdón en nombre de su comunidad por todo lo sucedido. “Han pronunciado frases muy importantes -añadió- afirmando que la religión islámica no acepta de ningún modo el homicidio y que los culpables de tales acciones no comprenden el verdadero espíritu del Islam”.
El padre Aftab añadió que, “si bien se trata de declaraciones no oficiales realizadas al final del encuentro”, las palabras de los dos líderes religiosos son doblemente preciosas, porque estas dos personas son muy conocidas en la comunidad y de esta manera “influirán seguramente en los demás fieles”.