Después de cinco años de trabajo entre católicos y protestantes sale un libro de reglas para transmitir la religión cristiana: he aquí lo que deben hacer los misioneros. Y, sobre todo, lo deben evitar.
Una coalición que representa a la mayoría de las Iglesias cristianas del mundo ha redactado un libro de reglas para difundir el cristianismo, un libro que pretende reducir las tensiones entre ellos y los seguidores de otras confesiones. Este código de conducta pionero, sobre el que se ha trabajado por cinco años, ha sido difundido por el Consejo mundial de las Iglesias (Wcc), el Vaticano y la Alianza evangélica mundial (Wea), que juntos, según afirman, representan más del 90% del cristianismo.
«Hoy es un día histórico para el testimonio cristiano que compartimos. Es la primera vez que el World Council of Churches (Wcc), junto con la Alianza evangélica mundial y el Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso, redactan conjuntamente un documento», declaró el cardenal Jean-Louis Tauran. Los tres grupos juntos representan alrededor de dos mil millones de cristianos.
El texto: “Christian Witness in a Multi-Religious World: Recommendations for Conduct” (“Testimonio Cristiano en un mundo multireligioso: Consejos de comportamiento”) es el resultado de cinco años de estudio e intensas negociaciones.
En él se reafirma el derecho de las Iglesias a la actividad de conversión pero también invita a abandonar «métodos inapropiados para llevar a cabo la misión, utilizando el engaño o medios de coacción», puesto que dicho comportamiento «traiciona al Evangelio y puede causar sufrimiento ajeno». Los misioneros cristianos, por mucho tiempo, fueron acusados de ofrecer comida, dinero u otros bienes para obtener la conversión en los países pobres, de otras confesiones o de las iglesias rivales.
Las tensiones han aumentado en los últimos decenios, cuando protestantes evangélicos intensificaron sus esfuerzos para convertir a los musulmanes; la conversión es un delito capital en algunos países islámicos. Y esto provoca represalias también contra los cristianos locales que no pretenden convertir.
«La situación requiere que las comunidades cristianas consideren, con una óptica nueva, el mejor sistema para proclamar la fe cristiana», añadió el Cardenal Jean-Louis Tauran, jefe del departamento del Vaticano para el diálogo interreligioso.
El Secretario general de la Wea, Geoff Tunnicliffe, declaró que el código, denominado "Testimonio cristiano en un mundo multireligioso”, constituye «un gran recurso» para los cristianos que se oponen a las leyes anti-conversión aprobadas en países como la India. En los últimos años, han aumentado los ataques a iglesias cristianas locales, consideradas núcleos de la actividad de conversión –en Paquistán, Egipto, India, Indonesia y otros países– ataques en los que muchos creyentes cristianos han muerto.
El nuevo código –en un principio promovido por el World Council of Churches (Wcc), con sede en Ginebra, reúne a una amplia gama de protestantes y de iglesias ortodoxas– afirma que la conversión «es obra del Espíritu Santo». Los cristianos deberían «comportarse con integridad, caridad, humildad y compasión y evitar la arrogancia, la condescendencia y el desprecio» hacia las demás religiones.
El código sostiene que la libertad religiosa y el «derecho de profesar públicamente, practicar, propagar y cambiar la propia religión» están basados en la dignidad humana y pide a los gobiernos «que garanticen que la libertad de religión sea respetada total y correctamente [...] En muchos países, las organizaciones religiosas y las personas no pueden llevar a cabo el ejercicio de su misión», afirmó.
«Allí donde se instrumentaliza la religión con fines políticos o donde existe la persecución religiosa, los cristianos deberían recurrir al testimonio profético para denunciar dichas acciones», añade el código, sugiriendo que algunos comportamientos podrían ir contra las costumbres locales.
En muchos países musulmanes, un musulmán que se convierte a otra fe puede afrontar la pena de muerte y los cristianos que proclaman su religión a menudo son acusados de blasfemia, que puede ser un delito capital. El código subraya que cambiar de religión es «un paso decisivo que debe ir acompañado por un tiempo suficiente para reflexionar y prepararse adecuadamente».
El Secretario general del Wcc, Olaf Fyske Tveit, declaró que el código también podría ser útil para los seguidores del islam, la otra religión mundial que busca las conversiones activas, pero no desarrolló el concepto. La difusión del islam en los últimos decenios, en parte alimentada por los petrodólares, ha creado tensiones con los cristianos y los seguidores de las religiones tradicionales, sobre todo en África.