Muchos lo ven como un desafío explícito al Vaticano. También porque han anunciado que planean ordenar a otros 40 obispos con o sin la aprobación del Papa.
Aparentemente, el nuevo obispo solicitó personalmente permiso al Vaticano. En declaraciones a la agencia UCA News aseguró que no podía seguir esperando la respuesta porque “hay que considerar la supervivencia de la Iglesia y trabajar de acuerdo a la realidad”. La decisión es polémica porque fuentes locales aseguran que el nuevo obispo tiene un hijo.
Unas 1.000 personas asistieron a la ceremonia aunque no está claro si fueron coaccionadas por las autoridades. Habitualmente, los sacerdotes y obispos fieles al Vaticano son amenazados si se niegan a participar en ceremonias de la Iglesia patriótica china.
Según la ley de la Iglesia, si un sacerdote se ordena sin el permiso del Papa, queda automáticamente excomulgado.