En una ceremonia que fue seguida por 1000 espectadores, incluyendo oficiales del Gobierno, siete obispos reconocidos por la Santa Sede y las autoridades chinas, fue nombrado como nuevo obispo de Leshan, en la iglesia Nuestra Señora del Rosario de Emeishan, el padre Paul Lei Shiyin.
Quien dirigió la ceremonia fue el obispo Johan Fan Xinyao, presidente de la Asociación China de Católicos Patriotas, un cuerpo formado por los comunistas por orden de Mao en la década de los años cincuenta para tomar el control de la Iglesia católica en las principales ciudades de China, y que el Vaticano nunca ha reconocido.
El padre Lei Shiyin había ganado en una “elección democrática” que se llevó a cabo en 2010 la candidatura para convertirse en obispo. Como siempre, el procedimiento fue cuidadosamente organizado y preparado por las autoridades chinas, aunque se supiera que era un candidato que no se ajustaba al puesto.
El padre Lei Shiyin ha estado cerca del Gobierno y es actualmente el vice-presidente de la Asociación China de Católicos Patriotas y un diputado católico de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, un órgano asesor de importancia para el gobierno.
Todavía más importante, algunos católicos del territorio han resaltado serias cuestiones morales de su conducta. En efecto, todos sabes en la localidad, que tuvo una relación con una mujer y que tiene un hijo.
De hecho, fuentes dicen que mucho antes de que se llevara a cabo la ordenación, había sido personalmente avisado por la Santa Sede que no habría obtenido la aprobación del papa Benedicto XVI.
En una entrevista que le hizo inmediatamente después de la ordenación la agencia UCA News, la mayor agencia católica en Asia, el obispo Lei Shiyin, de 48 años, dijo que él puede obedecer a la iglesia incondicionalmente, pero que también tiene que considerar los intereses fundamentales de la iglesia local.
«Escribí una carta y respondí peguntas a Roma hace un año. Hice lo que tenía que hacer y he esperado mucho tiempo», dijo.
«Espero que puedan entender que tenemos que considerar la sobrevivencia de la Iglesia y su desarrollo. No podemos alejarnos de este argumento sino trabajar de acuerdo con la realidad», añadió.
Cuando le preguntaron acerca de los rumores sobre su conducta moral, el obispo Leo dijo: «yo no creo, leo ni difundo rumores. No temo especulaciones pero no deseo que especulen sobre mí».
Las autoridades chinas sabían que el padre Lei Shiyin no era un candidato que se ajustara al puesto y que no habría podido obtener el mandato papal, pero la suya es claramente una decisión política.
En diciembre de 2010, y de nuevo este mes, el vocero de la CCPA dejó claro que, de acuerdo con las políticas adoptadas en los años 50 por el partido comunista, la comunidad de la Iglesia católica reconocida por el gobierno en China debe «continuar» con la elección propia y con la propia ordenación de los obispos, independientemente de Roma.
El portavoz también indicó que 40 diócesis siguen sin obispos hoy en día, y que los candidatos serán elegidos lo antes posible. Esta afirmación deja abierta la posibilidad de que haya más obispos ilegítimos en un futuro, a menos que la Santa Sede y China no lleguen a un acuerdo sobre el tema del nombramiento de los obispos.
La ordenación de Leshan es la segunda ilegítima de un obispo en China. La primera se desarrolló en Chengde, en noviembre de 2010, cuando el padre Guo Jincai fue ordenado a pesar de la pública oposición de la Santa Sede, quien subsiguientemente denunció la ordenación como una violación de la libertad religiosa y una grieta en la disciplina católica.
En la ceremonia de ordenación de Leshan. Además del obispo Fang Xingyao, participaron otros seis obispos: Li Shan de Beijing, Li Jing de Ninggxia, He Zeqing de Wnazhou, Xiao Zejiang de Guizhou, Zhang Fengchang de Liaocheng y Fang Jingping de Tangshan. «Todos tocaron la cabeza del nuevo obispo con la mano», reportó la UCA News.
No hubo una reacción inmediata por parte del Vaticano sobre la ordenación de Leshan, aunque se espera una en los próximos días.