Un sacerdote chino fiel a Roma que esta semana iba a ser ordenado obispo ha sido arrestado por la Policía china, informó hoy la agencia vaticana Asianews, que agregó que el prelado que debía ordenarle ha sufrido un infarto.
Se trata de Joseph Sun Jigen, de 43 años, que el 29 de junio -festividad de san Pedro y san Pablo, los patrones de la Iglesia Católica- iba a ser ordenado obispo coadjutor de la diócesis de Handan-Hebei, en el norte de China.
El presbítero fue arrestado ayer domingo cuando se reincorporaba a su actividad tras cinco días de retiro espiritual de preparación al obispado.
Su nombramiento había sido aprobado por el Vaticano y reconocido por el Gobierno de Pekín, precisó la agencia vaticana.
Joseph Sun Jigen iba a ser ordenado obispo por el actual prelado de Handam, Yang Xiangtai, de 89 años, quien en las últimas horas sufrió un ataque al corazón y se encuentra hospitalizado en estado grave en un centro sanitario del lugar.
El sacerdote había estado de ejercicios espirituales en la ciudad de Weihui, en la provincia de Henan, y se disponía regresar a Handam cuando fue detenido por varios policías que le obligaron a subir en un vehículo y lo llevaron a un lugar desconocido.
Vecinos del lugar aseguran que está detenido en la capital provincial, Shijiazhuang. La ceremonia de ordenación ha sido suspendida.
En China existen entre 8 y 12 millones de católicos, de acuerdo con datos del Vaticano, divididos entre los pertenecientes a la iglesia controlada por el Gobierno comunista y la clandestina, fiel al Vaticano y perseguida por Pekín.
Uno de los puntos que enfrenta al Vaticano con Pekín es el nombramiento de obispos, pues la Santa Sede reclama que sólo pueden ser designados por el papa, mientras que la "Iglesia Patriótica" (controlada por el Gobierno comunista) ha ordenado obispos sin el visto bueno de aquella.
En los últimos años se han producido momentos de acercamiento (se nombraron obispos con el visto bueno del papa) y de enfrentamiento, como los de fines del pasado año, cuando el Vaticano "deploró con profundo dolor" que se celebrara en Pekín una asamblea de católicos chinos promovida por el Gobierno comunista sin su permiso.