"Nuestro objetivo es cómo transmitir mejor el Evangelio y sin obispos no puede hacerse bien. La diócesis de Wuhan, capital de la provincia de Hubei (centro) lleva cuatro años sin obispo y los sacerdotes y representantes de los fieles eligieron al padre Shen Guoan, que ahora debe ser autorizado por la conferencia episcopal china", añadió Liu.

El portavoz de la iglesia católica oficial china, apoyada por el Gobierno, que no mantiene relaciones políticas con el Vaticano, destacó que el proceso sigue su marcha y está ahora en fase de verificación del candidato a obispo.

Según Liu, el Vaticano debería estar de acuerdo con la designación final de quien fue elegido por sacerdotes y fieles, lo que suavizaría, dijo, las relaciones bilaterales "pues es una buena ocasión para impulsar la divulgación del catolicismo, que va muy bien en China".Si Shen recibe la aprobación de la conferencia episcopal china, su designación puede producirse en un plazo de tres meses, añadió.

"No hay aplazamiento del proceso. Sigue su curso" dijo Liu ante informaciones surgidas de que se hubiera aplazado una designación no respaldada por el Vaticano para evitar el aumento de la tensión.

El portavoz de la iglesia católica oficial china -que reconoce al Papa solamente como jefe espititual pero no administrativo- añadió hoy que "esa es nuestra tradición y no tendría por qué afectar a la relación con el Vaticano, que debe respetarla pues se trata de cómo transmitir mejor el Evangelio".

De ser designado el nuevo obispo sin la bendición de Roma, aumnetaría la tensión bilateral ya en alza tras la designación, el pasado noviembre, de un obispo en la ciudad nororiental de Chengdé que fué rechazada por la Santa Sede.

Ayer, una monja de la diócesis de Wuhan dijo que la designación del nuevo obispo se había aplazado, sin decir las razones, después de que fuentes católicas romanas dijeran que iba a ser ordenado ayer ante la preocupación vaticana.

Pakín y Roma rompieron relaciones diplomáticas en 1951, cuando la Santa Sede reconoció al régimen nacionalista de Taiwán como el legítimo tras la creación en 1949 de la República Popular de China por Mao Zedong.

La situación empeoró en 1957 cuando Pekín estableció, su propia iglesia católica, la Asociación Católica Patriótica de China, administrada por el régimen comunista.

Unos seis millones de católicos reconocidos oficialmente en China están divididos entre su lealtad al Estado comunista chino y el respeto espiritual al Papa pero quienes son totalmente fieles a Roma son incluídos por las autoridades en la llamada iglesia clandestina.