El alcalde de Roma, Gianni Alemanno, señaló que su administración consideraría retirar la polémica y nueva estatua de 4 metros del Papa Juan Pablo II, colocada en las afueras de la estación de Termini, si es que prosiguen las críticas que ha suscitado desde su inauguración el pasado 18 de mayo.
Una mujer entrevistada por el diario "La República", señala que "no la queremos, es fea, un cuerpo vacío". Un religioso reconoció que "no nos gusta, tiene cara de garita militar". A su vez, el diario italiano Il Corriere della Sera la compara con la "cavidad de una campana".
El escultor de la obra, Oliviero Rainaldi, contestó a las críticas señalando que "estoy decepcionado de que mi estatua haya sido malentendida. Quería hacer algo más como del siglo XVIII pero al final decidí hacer algo con un diseño más contemporáneo. Mi idea era dar una mensaje de amor universal y de acogida del Papa Juan Pablo II".