La noticia llamó la atención de la agencia Fides: una pequeña aldea china en plena Ruta de la Seda, con unos 660 habitantes, de los cuales unos 400 son católicos (unas 130 familias) han dado 14 vocaciones a la Iglesia en los últimos años.
El pueblecito, que se llama Zan Jia Cun, en la diócesis de Zhou Zhi, ha visto como de sus familias surgían 7 sacerdotes, 1 diácono, 3 religiosas, 2 seminaristas mayores y 1 menor. De hecho, toda la diócesis es famosa por sus muchas vocaciones.
El párroco de Zan Jia Cun comenta: “Muchos nos preguntan cuál es nuestro secreto. La verdad es que no sabemos si se trata de un secreto o no. Vivimos nuestra fe intensamente. Las familias de este pueblo rezan juntos todos los días. La Misa y reuniones de oración los sábados y domingos son citas fijas para todos. Incluso gente de pueblos vecinos se acercan. Creo que estos pequeños testimonios diarios han sido la base de una evangelización fuerte y han servido para la formación de vocaciones."
Otra clave está en la formación de los niños. "Los niños son educados de acuerdo a principios religiosos y de una manera sencilla desde jardín de infante hasta la escuela secundaria. Las religiosas se encargan de la formación enseñando el catecismo. Nunca hay necesidad de preparar una lista para la Adoración Eucarística en Semana Santa, o en otras circunstancias, pues la iglesia está siempre llena, 24 horas al día”, afirma el párroco.
Otras comunidades católicas visitan este poblado para intercambiar experiencias de evangelización y de vocaciones. También los no-católicos asisten. Este pueblo es, además, modelo de desarrollo económico. “Algunos no-católicos nos preguntan cómo es que somos tan felices, y les decimos que es por nuestra fe” concluye el párroco.
“Cuando la gente tuvo más dinero lo primero que pensaron fue contruir y renovar la casa de Dios. Nuestro templo es el más hermoso en toda la region. Los sacerdotes y las religiosas que atienden este poblado se despiertan a las 4 de la mañana con el rezo del Rosario por los fieles”.