Ni siquiera la avezada profesional de la guerra de la cultura estaba preparada para la intimidación de la que fue objeto en una reunión oficial de derechos humanos de la Unión Europea. Tampoco estaba preparada para los vítores de activistas homosexuales a favor del comportamiento violento contra cristianos.

La doctora Gudrun Kugler dirige una agrupación de derechos humanos con base en Viena denominada "Observatorio sobre la Intolerancia y la Discriminación de los Cristianos en Europa", que controla e informa lo que algunos denominan «cristianofobia». El profesor Joseph Weiler, de la New York University School of Law, acuñó el término después de que Rocco Buttiglione fue rechazado en 2004 para ocupar un alto cargo en la Comisión Europea a causa de sus creencias cristianas sobre la homosexualidad.

La discriminación de los cristianos debido a sus creencias está aumentando en todo el mundo, incluso en la que algunos consideran como una Europa tolerante. Pocos meses atrás, se dijo a una pareja cristiana que no podía continuar siendo padres adoptivos porque conservaban una visión cristiana de la homosexualidad. En el Reino Unido, un electricista del estado enfrenta el despido por exhibir un crucifijo en el tablero de la camioneta de su compañía. Una multitud en Bélgica aclamó el hecho de que un arzobispo estaba siendo atacado con pasteles de crema.

El año pasado, Kugler fue admitida en el Panel Asesor de la Plataforma de Derechos Fundamentales de la Agencia de Derechos Fundamentales, reunión de organizaciones no gubernamentales que se ocupan de los derechos humanos. Su aceptación no estuvo libre de polémicas. Kugler declaró públicamente su oposición a la adopción por homosexuales. Fue investigada por un miembro de la agencia durante tres meses para asegurarse de que su «oposición a la adopción de niños por parejas gay no viola derechos fundamentales».

Lo que Kugler sabe es que gran parte de la discriminación de los cristianos en Europa proviene del lobby homosexual, y que en muchos sectores, algunas veces oficiales, la agenda homosexual triunfa sobre la libertad religiosa. El mes pasado, Kugler presentó el Informe Quinquenal de su agrupación sobre la intolerancia contra los cristianos en Europa en la conferencia de la agencia sobre la sociedad civil. Según su relato en MercatorNet.com, «sabía que mi audiencia no sería favorable, ya que la lucha contra la homofobia es siempre un tema central en estas reuniones».

Kugler insinuó al grupo que realizar una protesta de besos entre homosexuales dentro de la Catedral de Notre Dame no era respetuoso hacia los cristianos. Dijo que las imágenes anticristianas en las marchas homosexuales, incluso las parodias de las crucifixiones, tampoco eran respetuosas.

Kugler indicó: «nadie debería ser encarcelado por manifestar respetuosamente una opinión que no propugna la violencia». La multitud de derechos humanos gritó «¡No!». Alguien respondió: «La gente debería ir a la cárcel por lo que dice si se trata de un comentario negativo en contra de un grupo minoritario vulnerable…». Kugler dijo que un miembro del equipo de la Agencia de los Derechos Fundamentales asintió con la cabeza.

Kugler también informó al grupo que una farmacia berlinesa había sido destrozada por negarse a vender la píldora del día después, de posibles efectos abortivos. Hicieron pedazos las ventanas y la farmacia quedó arruinada. Un participante gritó: «¡Muy bien!». Kugler escribió en MercatorNet: «amo los derechos humanos, y me alegra que tengan un lugar tan destacado en la sociedad actual. Pero son vulnerables al fundamentalismo y a las ideologías. Mientras que los derechos fundamentales sean utilizados para la agenda de algunos grupos radicales, jamás serán respetados plenamente».