El pasado 20 de marzo en el estado de Florida, el pastor evangélico Wayne Sapp, acompañado por el pastor evangélico Terry Jones, quemaba un Corán, un hecho que provocaba sus peores efectos a miles de kilómetros de donde ocurría. Y es que en represalia por la acción, tan lejos como Pakistán terroristas islámicos, amén de proceder a la quema de biblias, han perpetrado hasta el momento el ataque a tres iglesias y el asesinato de dos personas. Y eso que la comunidad cristiana pakistaní se apresuraba a condenar el hecho, cosa que hacía por boca del propio obispo de Islamabad, Anthony Ruffin, quien recordaba que los cristianos de su comunidad “son pakistaníes y no tienen porqué ser equiparados a los norteamericanos”.
El ministro de interior pakistaní, Rehman Malik, al parecer más preocupado por la quema del Corán en Florida que por la de las iglesias pakistaníes, ha enviado una carta al Secretario General de Interpol, Ronald Nobel, en la que le insta a tomar acciones contra el pastor norteamericano Terry Jones. Mientras el Senado pakistaní, por su parte, urgía a las autoridades norteamericanas a poner al pastor ante la justicia, e invitaba a todos los países musulmanes a protestar contra los Estados Unidos y a Naciones Unidas a registrar la acción como infamia contra el islam.
La protesta del ministro de interior, apoyado por el Presidente Asi Alí Zardari, se hace extensiva al Papa, a quien también pide la condena de la quema del Corán.