Mao Hengfeng, una mujer china, prisionera en base a su objeción de conciencia, ha vuelto a ser arrestada y uina vez más enviada a un campo de concentración, debido a su lucha contra la política pública china de un solo hijo por familia.
Amnistía Internacional ha emitido un llamamiento urgente para la acción universal, luego de que Hengfeng fuera re-arrestada en su hogar en Shanghái.
En marzo del año pasado, Hengfeng fue sentenciada a un año y medio de “re-educación por medio del trabajo”, por haber causado disturbios al orden público”. Hengfeng había sido dejada en libertad bajo palabra, debido a problemas de salud causados por el maltrato y las torturas sufridas durante su encarcelamiento, el pasado 22 de febrero. Sin embargo, ella fue re-arrestada y re-enviada a los campos de concentración el 24 de febrero. Se desconoce su paradero.
Hengfeng, una activista de derechos humanos en China, ha luchado en contra de la brutal política pública de un solo hijo por familia, desde 1988. Fue entonces que ella fue despedida de su empleo por haber violado la ley, cuando quedó embarazada por tercera vez. Hengfeng apeló la decisión judicial y fue reinstalada en su empleo durante ese tiempo. Más tarde, sin embargo, su apelación fue denegada, por lo que fue despedida finalmente de su empleo, y obligada a abortar su cuarto hijo. Desde entonces, Hengfeng ha sido repetidamente encarcelada y torturada por su activismo.
Antes de que fuese dejada en libertad la semana pasada, Hengfeng fue examinada por dos médicos. Una prueba de tomografía axial computarizada/TAC realizada por los médicos, reveló que ella estaba sufriendo de un desangramiento cerebral. También sufría de una inhibición de movimientos normales, debido a una pérdida parcial de los sentidos en el lado izquierdo del cuerpo. Luego que fue dejada en libertad, Mao Hengfeng regresó a su hogar. Sin embargo, ella fue detenida por la policía cuando intentaba acudir a un médico para continuar recibiendo tratamiento médico.
La policía había prohibido toda interacción entre Hengfeng y cualquier persona fuera de su familia, por lo que el 24 de febrero fue arrestada con cargos de haber incurrido en “actividad ilegal”. La policía del distrito, junto con agentes de re-educación por medio del trabajo, lo que sumaba a 30 personas, rodearon el hogar de Hengfeng y se llevaron a Mao antes de que ella pudiese recoger sus pertenencias personales, según informó su esposo, Wu Xuewuei.
“Por 24 horas, cada día, desde que regresó, la policía ha mantenido una vigilancia intensa de nuestro hogar. Ni siquiera podíamos visitar al médico. ¿Qué oportunidad ella tendría de faltar a la ley?”, exigió saber su esposo. “Estamos muy preocupados….No sabemos dónde ella está.”
Por muchos años, Hengfeng ha sufrido por las condiciones brutales y la tortura a la que fue sometida durante su encarcelamiento. En 2004, la organización Derechos Humanos en China (Human Rights in China/HRIC), informó que Mao estaba siendo torturada, incluso siendo atada de manos y pies, suspendida en el aire, y golpeada severamente. Las fuentes de información de la HRIC dijeron que la policía para la re-educación en el campo de concentración, ataban las muñecas y los tobillos de Mao con tiras de cuero, y entonces jalaban sus miembros en direcciones opuestas, a la vez que exigían que ella reconociera que había actuado con maldad.
El arresto de Hengfeng la semana pasada, es parte de la respuesta del gobierno chino, frente a las protestas relacionadas con unas revueltas recientes, que están asociadas con la "Revolución del Jazmín".
“El arresto de Mao es parte de una ofensiva nacional en contra de los activistas de todo tipo”, le dijo Steven Mosher del Instituto de Investigación sobre la Población (Population Research Institute) a Lifesitenews/Notifam. “Ha habido intentos para llevar a cabo demostraciones a favor de la democracia en China durante las pasadas dos semanas, pero éstas, junto con las demostraciones realizadas, han sido aplastadas”.
“Ahora, los activistas como Mao, quienes protestan la inhumana y viciosa política pública de un solo hijo por familia, están siendo arrestados, como parte de un operativo, para llevarlos a los campos de concentración, por el más mínimo pretexto, y así no dejarlos sueltos en la calle”.
Mosher concluyó con lo siguiente: “Mao no ha cometido falta alguna – con la excepción de protestar una política pública que le costó la vida a su cuarto hijo muerto por aborto, unas multas altísimas, y años en prisión”.