Said Musa, el trabajador afgano de Cruz Roja condenado a morir en la horca por haberse convertido al cristianismo, encarcelado en su país desde mayo de 2010, ha sido finalmente liberado por las autoridades afganas.
Aunque la noticia es conocida desde hace algunos días, -el 26 de febrero la publicaba el New York Times- sólo ahora ha sido oficialmente confirmada, según informa la plataforma HazteOir, que había puesto en marcha una campaña para su liberación, consiguiendo reunir en unos pocos días más de cincuenta mil firmas sólo en España, las cuales se han unido a los cientos de firmas reunidas en otros países, haciendo posible el milagro.
Said Musa, de 46 años de edad, está casado y es padre de seis hijos. Trabajaba para el Comité Internacional de la Cruz Roja, cuando fue arrestado, justo después de la emisión de un programa de la televisión afgana en las que se mostraban a occidentales bautizando a afganos.
No están claras las circunstancias en las que se ha producido su excarcelación. Mientras el fiscal del caso ha declarado que ha sido liberado tras prometer su vuelta al islam, lo que cabe interpretar como modo de aplacar las iras de los elementos más radicales de la sociedad afgana, su familia dice por el contrario desconocer su paradero, y un portavoz de la Embajada norteamericana en Afganistán se ha limitado a declarar que continúan trabajando en el caso Said Musa y otros similares.
De hecho, el caso Musa es sólo uno de los al menos dos casos similares existentes, pues en la cárcel de Mazar-i-Shariff sigue encarcelado desde noviembre Shoaib Assadullah Musawi, acusado de haber entregado un Nuevo Testamento a un amigo.
Se da la circunstancia de que la Constitución afgana de 2004 garantiza el derecho de las personas a “ejercer libremente su fe”. Si bien abre también la posibilidad a los tribunales de aplicar la sharia en temas tales como la apostasía, que es condenada en ella con la muerte.
HazteOir continúa recabando firmas para conseguir ahora la liberación de Asia Bibi, la pakistaní condenada igualmente a morir, en este caso por el delito llamado blasfemias contra el islam.