Ya están aquí. El Gobierno de Israel les invitó por Navidad, pero entonces muchos pusieron como condición venir con sus familias, -eran las primeras fiestas tras el cautiverio-, y el Ministerio de Turismo judío les contestó que el presupuesto no daba para tanto. La visita se aplazó, y los mineros chilenos estarán hoy a primera hora de la mañana en el Santo Sepulcro, centro de la cristiandad, donde llegarán en peregrinación para agradecer su rescate.
«Es una bendición estar aquí, estar en el lugar de Dios, a quien tanto invocamos desde la mina, para agradecerle la fuerza y el coraje que nos dio, y para agradecer también a nuestras familias y a las personas que tanto rezaron por nosotros cuando estábamos encerrados», declaraba ayer por la tarde José Henríquez, uno de los mineros, en los primeros minutos de su visita a Jerusalén. Devoto evangelista, durante los 69 días que permanecieron bajo tierra, Henríquez se ganó la condición de «guía espiritual» del grupo y fue director de las plegarias que se repetían dos veces al día. «Hay un Dios vivo que contesta a la oración», decía convencido y emocionado de verse en Tierra Santa. Veintidós de ellos se convirtieron al cristianismo tras la experiencia.
Se trata de un viaje singular y polémico. Singular porque este destino ha sido elegido por los mineros entre decenas de ofertas recibidas por su carga espiritual. «Creemos que es un privilegio estar acá, Él nos ha traído hasta este lugar», señalaba el portavoz Henríquez. Polémico también porque el recorrido diseñado por Israel, de ocho días de duración, incluye escalas en suelo ocupado: la Ciudad Vieja de Jerusalén, el Monte de los Olivos, o la iglesia de la Natividad en Belén. Tal licencia ha sido considerada como un insulto por las autoridades palestinas, que una vez más están viendo con estupor e impotencia como Tel Aviv hace uso impune de su territorio.
El propio ministro de Turismo judío, Stas Misezhnikof, no ocultaba la intención propagandística de esta operación. En declaraciones a Efe, el ministro reconoció que el objetivo es que Israel «aparezca en la prensa alrededor del mundo no como algo negativo, sino como eventos positivos» y rechazó las críticas por incluir los territorios palestinos ocupados como parte del periplo.«¿Por qué no puedo enseñar a los mineros lo que pasa en Israel y lo que pasa en la Autoridad Palestina? Estoy sorprendido de que actúen como si no lo quisieran, lo quieren, pero no aparece en sus discursos», defendía.
La cortesía de Israel ha costado al Estado y la aerolínea El Al 500.000 shekels (unos 99.700 euros). Misezhnikov rechazó que haya un fin político en este agasajo de los mineros chilenos, si bien terminó planteando un paralelismo entre la «lucha por la supervivencia» que ha librado el Estado de Israel en sus seis décadas de existencia y la los hombres atrapados en el yacimiento San José, que finalmente fueron liberados en octubre. «Creemos realmente que son héroes que lucharon por sus vidas por sus creencias, su humanidad y su supervivencia. Nuestro Estado fue creado hace 63 años y desde entonces ha estado peleando por su supervivencia», dijo.
Los invitados estarán hoy dentro de la Ciudad Vieja en el Vía Crucis en la Vía Dolorosa, la iglesia del Santo Sepulcro y el Muro de las Lamentaciones. Mañana continuarán en el museo de Israel y el del Holocausto, y el sábado en el Monte de los Olivos, Getsemaní, el cenáculo y la Tumba de David en el Monte Sión, mas la Iglesia de la Natividad en la ciudad palestina de Belén.
El presidente israelí, Shimon Peres, los recibirá en su residencia de Jerusalén el domingo, tras lo que los mineros serán trasladados al Mar Muerto y a Massada, dejando Nazaret, Cafarnaum, el lugar bautismal de Yardenit, el sur del Golán y Tel Aviv para el final de la peregrinación.