Manuel Gallego es sacerdote de los Misioneros de África, conocidos popularmente como Padres Blanco, y lleva ya cuatro décadas en este continente llevando a Jesucristo en Malí y Burkina Faso.
Desde niño tenía muy clara su vocación. Este jienense de nacimiento y ciudadrrealeño de adopción ingresó en el seminario menor con sólo 10 años y después nació en él su vocación misionera.
El padre Gellego estaba en España cuando comenzó la pandemia por lo que no ha podido volver a su misión en Burkina Faso hasta el 28 de agosto. En una carta dirigida a su familia y amigos que recoge Obras Misionales Pontificas relata cómo se ha encontrado la misión:
“Nos lavamos la manos, pero no vemos la comida”
“Lo primero que se me ocurre deciros, quizás, porque acabo de volver de España, es que si aquí no hay mucho coronavirus es porque Dios no quiere, pues ahora, es el tiempo de las lluvias y cuando ves la suciedad que hay en las calles y las aguas estancadas… sí, hay mucha lluvia este año y la mayor parte de las capitales de África del Oeste están teniendo graves inundaciones (Niamey, Dakar, Bamako, Uagadugú, Abijan…) y desgraciadamente, ¡bastantes victimas que lamentar! Volviendo al coronavirus, gracias a Dios, no hay mucho por el momento; las cifras oficiales para Burkina a 8 de septiembre de 2020 dan, desde el 9 de marzo de 2020, 1.486 casos confirmados, de los cuales 509 son mujeres y 977 hombres; los curados, 1.123 y los muertos 56. Hay que decir que las medidas de confinamiento han sido muy estrictas desde marzo hasta el 11 de mayo; también había toque de queda, desde las 21 horas hasta las 5 de la mañana.
Actualmente la gente ha vuelto a la normalidad pero las medidas de prevención continúan: llevar la mascarilla en los actos públicos, en la iglesia o en la mezquita, no darse la mano, guardar la distancia, lavarse las manos frecuentemente… y aquí hay un chiste que corre por las redes sociales: ‘Nos dicen de lavarnos las manos frecuentemente pero después no vemos la comida’ (ya sabéis que en África se come con la mano derecha y antes de cada comida nos lavamos las manos). Como en todo el mundo, la pandemia afecta a toda la economía africana y muchas familias lo están pasando muy mal y ahora llega el tiempo de volver a la escuela y hay que pagar matrículas, material escolar… aprovecho para dar las gracias al Proyecto Huetos-Karangasso y otras personas que de nuevo este año me estáis ayudando para continuar las becas a niños y jóvenes necesitados.
A nivel de nuestra comunidad de Misioneros de África, sigo con Emmanuel Adeboa de Ghana, Victor Lijaji de Tanzania, Toby Ndiukwu de Nigeria y actualmente hay unos diez jóvenes con nosotros que pronto volverán a sus comunidades o al Noviciado que comienza a finales de septiembre. En la parroquia, los dos domingos que llevo me han permitido saludar a la mayoría de los fieles; las tres misas dominicales siempre llenas (a pesar de la lluvia y el mal tiempo) y también he tenido la alegría de ver que durante mi ausencia, la pequeña gruta de la Virgen María la han renovado y la han hecho mucho más grande para la fiesta de las mujeres, el 15 de agosto.
Mañana comenzamos el Encuentro Pastoral Diocesano y durante cinco días, más de 300 personas con el arzobispo (sacerdotes, religiosos-as y laicos) vemos la realidad de nuestras parroquias a través de los cuatro objetivos estratégicos: la comunión, la liturgia, el testimonio y el servicio; el tema del año será como el año pasado, Lucas 5, 4, ‘Id más lejos, y echar las redes’.
Creo que habéis oído hablar del golpe de estado en Mali, actualmente hay una junta militar que debe nombrar un presidente y dirigir una transición de 18 meses… por lo demás, la situación en toda la banda del Sahel, sigue, lo mismo: ataques terroristas, bandidismo, secuestros de funcionarios y problemática de refugiados internos. Las carreteras fronterizas con Mali estaban cerradas, pero actualmente todos los puestos de fronteras están abiertos, pero a causa del coronavirus solo pueden circular los camiones con productos de primera necesidad y los coches particulares; los transportes públicos de viajeros entre los diferentes países de África de Oeste siguen cerrados pero los aviones vuelan entre las diferentes capitales africanas. Os dejo por el momento, que Dios os bendiga y un fuerte abrazo a todos”.