En el marco de un congreso celebrado en Roma, junto con otros obispos y cardenales, el obispo auxiliar de Kazakhstan, monseñor Athanasius Schneider, imploró al Papa un documento que condene los errores de interpretación del Concilio Vaticano II.
 
Durante el congreso "Para una justa hermenéutica del Concilio a la luz de la Tradición de la Iglesia", que se llevó a cabo del 16 al 18 de diciembre pasado en la capital italiana, a pocos pasos de la basílica de san Pedro, el prelado –uno de los conferencistas del evento- pidió al Papa dos remedios contra los abusos del postconcilio: la redacción y difusión de un "Syllabus" contra los errores doctrinales de interpretación del Vaticano II y el nombramiento de obispos "santos, valientes y profundamente arraigados en la Tradición de la Iglesia".
 
Según informa el vaticanista Sandro Magister, en el congreso estuvieron presentes cardenales como Velasio de Paolis; el arzobispo Agostino Marchetto; el obispo Luigi Negri; funcionarios de la curia, como monseñor Florian Kolfhaus, de la Secretaría de Estado del Vaticano y teólogos de relieve que escucharon a Schneider.
 
Durante su conferencia “El desafío de las interpretaciones contrastantes”, el obispo señaló que “teniendo en cuenta la experiencia de varias décadas de interpretaciones doctrinal y pastoralmente equivocadas y contrarias a la continuidad bimilenaria de la doctrina y de la oración de la fe, surge entonces la necesidad y la urgencia de una intervención específica y autorizada del magisterio pontificio para una interpretación auténtica de los textos conciliares, con perfeccionamientos y precisiones doctrinales; una especie de Syllabus de los errores respecto a la interpretación del Concilio Vaticano II.”
 
Para Schneider, este “nuevo Syllabus”, debería estar “dirigido esta vez no tanto contra los errores provenientes de afuera de la Iglesia, sino contra los errores difundidos dentro de la Iglesia por parte de los partidarios de la tesis de la discontinuidad y de la ruptura, con su aplicación doctrinal, litúrgica y pastoral”.
 
“Tal Syllabus –precisa- debería constar de dos partes: la parte que señala los errores y la parte positiva con las proposiciones aclaratorias, conclusivas y de precisiones doctrinales”.
 
Además de esta propuesta para combatir los errores interpretativos del postconcilio, el obispo señaló que además “existe la necesidad del aumento del número de pastores santos, valientes y profundamente arraigados en la Tradición de la Iglesia, despojados de toda especie de mentalidad de ruptura tanto en el campo doctrinal como en el campo litúrgico”.
 
“Estos dos elementos constituyen la condición indispensable para que la confusión doctrinal, litúrgica y pastoral disminuya notablemente y la obra pastoral del Concilio Vaticano II pueda proporcionar muchos y duraderos frutos en el espíritu de la Tradición, que nos enlaza con el espíritu que ha reinado en todo tiempo, en todas partes y en todos los verdaderos hijos de la Iglesia Católica, la cual es la única y la verdadera Iglesia de Dios en la tierra”.
 
El congreso fue organizado por los Franciscanos de la Inmaculada, “una joven congregación religiosa surgida en el surco de san Francisco, floreciente de vocaciones y de orientación decididamente ortodoxa”, apunta Magister.