El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, condenó que los ataques producidos la víspera de Navidad contra comunidades cristianas en la región central de Nigeria, que según la Unión Africana causó 38 muertes.
Varias bombas explotaron en el interior y los alrededores de la ciudad de Jos, y una decena de asaltantes atacaron una iglesia en la ciudad de Maiduguri en una región en la que se producen frecuentemente enfrentamientos entre las comunidades musulmana y cristiana.
"El secretario general está consternado por la violencia que causó la pérdida de tantas vidas inocentes en los estados de Plateau y Borno de la República Federal de Nigeria", dijo un portavoz de Naciones Unidas.
"Él (Ban) condena esos deplorables actos de violencia, espcialmente en un momento en el que millones de nigerianos celebran sus vacaciones religiosas, y apoyo los esfuerzos de las autoridades nigerianas por llevar a los responsables ante la Justicia", dijo.
Mientras, la presidenta de la comisión de la Unión Africana (UA) Jean Ping tachó los ataques de "cobardes" y aseguró que la Unión está comprometida con la lucha contra el terrorismo.
Los ataques derivaron en enfrentamientos en Jos, que continuaron el domingo cuando fueron incendiados varios edificios.
Jos y las ciudades circundantes han sido escenario de una brutal violencia en los últimos años. Unas 700 personas han sido asesinadas en los primeros meses de 2010.
Aunque la violencia es aparentemente sectaria, observadores creen que sus verdaderas raíces se encuentran en la lucha por los recursos naturales entre cristianos autóctonos y las comunidades musulmanas del colono Hausa Fulani en el norte.
Los renovados disturbios se producen en un momento en el que el presidente Goodluck Jonathan intenta asegurar la candidatura del Partido del Pueblo Democrático (PPD) de cara a las próximas elecciones. Jonathan, un cristiano del sur, llegó al poder este año después de la muerte de Umaru Yar´Adua, un musulmán del norte.
Su ascenso al poder empañó un acuerdo del PPD que contempla la alternancia por turnos entre los partidos del norte predominantemente musulmán y el sur cristiano cada dos mandatos.